lunes, diciembre 31, 2012

Aférrate a mí (Fall on me) 4/4

Autor del fanfic original: Mariner. Escrito entre el Cáliz de Fuego y La Órden del Fénix. La historia está basada en personajes y escenarios creados por JK Rowling, a quien pertenecen. No se persigue provecho monetario alguno, ni la infracción de ninguno de los derechos de autor.


III

El resto del día transcurrió con bastante calma. Sirius se llevó una manta y un libro al jardín y se sentó allí durante varias horas, hasta que el sol se hundió en el horizonte y las sombras empezaron a alargarse sobre la hierba. Le estuve observando por la ventana de cuando en cuando y nunca le vi pasar una página.

Me senté a editar un artículo denso y largo que debía entregar en una semana. Era raro ponerse a trabajar como siempre cuando ahí fuera estaba Voldemort preparándose para la guerra. Era como si tuviera que estar haciendo algo más, algo útil y con sentido. En lugar de eso, me senté y me dispuse a luchar con cinco páginas llenas de notas al pie para un artículo sobre un nuevo método para destilar la solución básica de la poción Crece-huesos, que, aparentemente, incrementaba la productividad en un treinta por ciento. Me pregunté qué diría Severus Snape si supiera que estaba revisando sus referencias.

Escuché la puerta trasera abrirse y cerrarse al entrar Sirius, oí sus pasos mientras caminaba por la cocina, pero no le presté mucha atención hasta que escuché el grito y el ruido de cristales rotos.

sábado, diciembre 22, 2012

Aférrate a mí (Fall on me) 3/4

Autor del fanfic original: Mariner. Escrito entre el Cáliz de Fuego y La Órden del Fénix. La historia está basada en personajes y escenarios creados por JK Rowling, a quien pertenecen. No se persigue provecho monetario alguno, ni la infracción de ninguno de los derechos de autor.


II

Para que realmente hubiera comida, primero tenía que ir a la compra. Sirius quería acompañarme como Canuto, pero su entusiasmo se esfumó cuando le informé de que tendría que llevarle con correa. Le dejé acurrucado en el salón con uno de mis libros y me aparecí en el pueblo, con la intención de abastecerme con toda la comida favorita de Sirius. Cinco minutos después, plantado delante de la sucursal local de Provendar & Grubbs, me di cuenta de que no recordaba cuál era su comida favorita. Terminé arrastrando la bolsa de la compra por la tienda tres o cuatro veces,  cogiendo todo aquello que me sonara, aunque fuera vagamente.

Sirius daba vueltas por la cocina mientras yo trataba de embutir todas mis compras en la nevera.

Esperamos una inminente escasez de comida, ¿no?

No quedaba sitio para las fresas, así que me limité a volcarlas en un escurridor, ponerlas en el fregadero y abrir el grifo de agua fría. ‘No me decidía, así que he cogido un poco de todo.

Más bien, mucho de todo.’ Sirius pescó una fresa y le dio un bocado. ‘No es que me esté quejando, no me entiendas mal.

El día que tú te quejes por demasiada comida, Voldemort ganará el premio a La Sonrisa Más Encantadora del Bruja Semanal.

La comida consistió en sándwiches de jamón y queso, ensalada, patatas fritas y fresas. Sirius se lo comió todo, hasta los restos de sal del fondo de la bolsa de patatas. Cuando me levanté para recoger la mesa, noté que me observaba pensativamente.

¿Remus?

¿Sí?

¿Cómo consigues el dinero?’ Parecía nervioso por la pregunta. Podía imaginarme perfectamente lo que vendría a continuación – el inevitable ofrecimiento de compartir gastos – y decidí cortarlo de raíz.

Pues ya que lo comentas, tengo un trabajo. En la publicación trimestral de la Academia de Alquimia. Me envían los artículos para editarlos y corregirlos. Puedo hacerlo todo desde casa, y siempre que llegue a tiempo para la fecha de entrega, a nadie le importa si no trabajo en luna llena.

Parece hecho a tu medida.

Creo que lo fue. El Servicio de Apoyo para Hombres Lobo lo organizó.’ Ésa era la historia oficial, en cualquier caso. Estaba bastante seguro de que, en realidad, Albus Dumbledore era el artífice del acuerdo, pero si él no quería decírmelo, yo no le iba a preguntar.

Sirius seguía pensativo y nervioso. Tenía el presentimiento de que estaba tratando de calcular cuánto era el salario de un editor autónomo, y sopesarlo con el coste de la compra de hoy. Afortunadamente, sabía cómo distraerle de esa cadena de pensamientos.

Bueno, ¿estás preparado para ese boggart? Vamos a equiparte adecuadamente.

lunes, diciembre 17, 2012

El Caos y la Noche

Alto, delgado, pálido, de pelo negro revuelto, sin control. De pasado incierto, misterioso y futuro aún más impredecible.

Hay personajes que quedan grabados para siempre en la memoria. Impactan con su sola presencia, con su evolución. La imagen mental que nos creamos de ellos es muy poderosa. Son seres increíblemente atractivos, en todos los aspectos de la palabra. Nos visitan en sueños, mucho después de haber concluído nuestra lectura sobre ellos.

Su vestimenta es una capa, o un manto negro como la noche, lleno de interrogantes, cuyos límites se funden con sus cabellos. Poseen miradas que atrapan al que mira, penetrantes, inolvidables. Arrastran a su víctima al límite de la locura ante lo que muestran a través de sus ojos.

Si esos ojos son verdes ya tenemos a dos de tres. Recuerdo que la primera vez que hice esa apreciación, recibí escepticismo y algo de sorna. A mí no me pareció tan inverosímil. El parecido físico era importante, a fin de cuentas, a pesar de las diferencias en tono de sus respectivas historias. Para mí, la descripción de Harry habría sido inspirada por la de Tarod. Claro que puede que sus autoras nunca hubiesen tenido el placer de leerse la una a la otra. Louise Cooper creó un Iniciado, y posteriormente un Proscrito, que acabó siendo decisivo en la batalla del Orden y el Caos. Joanne K. Rowling creó a un niño que sobrevivió y nos fue mostrando su crecimiento y su importante papel en la lucha entre el bien y el mal.

Con la diferencia de que en la trilogía sobre el Señor del Tiempo, el Orden y el Caos no simbolizan el Bien y el Mal. Los extremos, y especialmente los extremistas, son siempre peligrosos. Y esto nos lleva al tercer personaje en discordia. El Señor de la Noche.

Encontré a Nahadoth en el primer libro de la trilogía del Legado, Los Cien Mil Reinos. Su parecido con Tarod, tanto en descripción física como en cuanto a historia personal, me resultó apabullante. N. K. Jemisin había creado a un dios de la Noche y el Caos que fue atrapado en una cárcel humana como castigo por parte de otro dios, señor de la Luz y del Día, por rebelarse al orden de las cosas. Las similitudes eran enormes, y crecían por momentos. También había una mujer en medio, ¿o una diosa?, aunque su papel es bien distinto en el proceso, el final era bastante similar.

No quiero decir con esto que se trate de un plagio. Nada más lejos. Ambas historias son distintas y su desarrollo no es equivalente. El descubrimiento personal del pasado de Tarod y su enfrentamiento final son el objeto de los tres libros del Señor del Tiempo. Nahadoth, Señor de la Noche, y su particular lucha contra su hermano y enemigo, Itempas el Brillante, ocupa un lugar central en el primer libro, únicamente. Ignoro lo que ocurre en la continuación de la historia, ya que aún no la he leído.

Pero es curioso cómo parece funcionar el imaginario colectivo. Las descripciones precisas de la forma de los cabellos y los rasgos faciales son prácticamente calcadas en Tarod y Nahadot. Ambos inician su andadura en clara inferioridad respecto a su concepto opuesto. Ambos simbolizan el caos y la oscuridad para los hombres.

Y el manto que envuelve al Señor de la Noche es idéntico al que cubre al Señor del Sueño, Morfeo de los Eternos. Y con la imagen superpuesta de sus pálidos rostros, enmarcando unos ojos que nos atrapan como pozos sin fondo, nos fundimos en oscuridad y sueños agitados.

Buenas noches.

jueves, diciembre 13, 2012

Aférrate a mí (Fall on me) 2/4

Autor del fanfic original: Mariner. Escrito entre el Cáliz de Fuego y La Órden del Fénix. La historia está basada en personajes y escenarios creados por JK Rowling, a quien pertenecen. No se persigue provecho monetario alguno, ni la infracción de ninguno de los derechos de autor.

(Continuación)

No había mucho que ver: un cuadrado de hierba que necesitaba una pasada de cortacésped, algún arbusto de zarzamora que necesitaba una poda y los restos podridos de un cobertizo de herramientas que necesitaba una reconstrucción desde los cimientos. Puede que el año que viene empezase una huerta. O un herbario. Esos siempre olían bien.

Trataba de decidir dónde pondría mi hipotética lavanda respecto a mi hipotético arbusto de romero, cuando apareció Sirius, todavía un poco mojado pero sin la capa de polvo que llevaba antes. La túnica que le había dado colgaba holgadamente de sus hombros, provocándome el deseo de arrastrarle de nuevo a la cocina a por un segundo desayuno, pero me contuve y me hice a un lado para dejarle sitio en los escalones.

¿Qué haces?’ preguntó.

Arreglo el jardín.

Ah.’ Se sentó a mi lado y estiró las piernas. ‘Parece duro.

Pues sí, ¿quieres ayudarme?

Me encantaría.

Nos quedamos allí un rato, sin movernos, sin hablar, disfrutando tranquilamente del silencio. Sirius cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, girando la cara hacia el sol. Algunas de las líneas alrededor de los ojos y la boca se suavizaron, y por un momento le pude reconocer como el Sirius de antaño, disfrutando de la luz del sol como si nada malo pasara en el mundo.

Algo se rompió con estruendo en el cobertizo de las herramientas, y Sirius abrió los ojos con un sobresalto.

domingo, diciembre 09, 2012

De Polifemo, alcohol y autores noveles

¡Por fin!

Por fin me puse a ello, y acabé con ganas de contarlo. ¿Alguno habéis oído hablar de Álvaro de la Riva? Probablemente no, lo cual es una pena. Álvaro es un tipo que escribió una novela llamada Parásitos. Para cualquier persona eso supondría denominarlo escritor, pero al parecer las editoriales no se han mostrado propicias. Me topé con él y su libro sin apadrinar por casualidad, como ocurre con los mejores encuentros. Contesté a su anuncio en eBay y en la respuesta me regalaba la oportunidad de leer su obra.

Tengo la costumbre de leer varios libros a la vez, por lo que intento no mezclar dos del mismo género. Así me lío menos. Esto viene a cuento para explicar la enorme demora entre este regalo desinteresado y mi lectura. Eso, o que soy un desastre y lo voy dejando todo para el final. Lo importante es que este mes le tocó el turno: lo copié al eBook y me puse a la tarea en mis diversos viajes en metro.

Creo que si tuviera que describirlo con una palabra sería... divertido. Claro, que eso se quedaría corto. Es lo que tienen las definiciones de una palabra. Sin embargo, mi sensación primera y primaria durante la lectura de Parásitos era ese cosquilleo que empieza en el fondo del estómago, sube por la garganta y estalla en carcajada incontrolada. En varias ocasiones conseguí la atención envidiosa de mis compañeros de vagón.

He de reconocer que, pasado el prólogo (un apunte de diario), me pasé buena parte de la novela con una sonrisa en los labios y me costaba dejar de leer. Porque además está francamente bien escrito, que es algo que ya comenté que no es de recibo. Conforme el libro avanza, la trama se va complicando, las aventuras a las que se lanzan los inconscientes de los protagonistas van acelerando el ritmo de la obra y la gravedad de los sucesos te atrapa sin remedio. 

No es una novela ligera, aunque se lea a buen ritmo: como la vida misma, nada es tan sencillo como parece y los factores externos no se pueden controlar. Las carcajadas se hacen más esporádicas hacia el final, pero el sentimiento general es de disfrute a varios niveles. 

Una de las pegas, si se la puede llamar así, sería la de ponerle la temida etiqueta del género. Cuando la empecé, pensé que se trataba de una novela de ciencia-ficción. Con el tiempo, al entrar en acción personajes de leyendas griegas y monstruos que podrían haber escapado del universo Lovecraftiano, decidí que había más ficción que ciencia, con una pizca de fantasía aderezando el conjunto. Sin olvidar el humor que impregna cada paso y nota mental del protagonista que narra la historia en primera persona. ¿He comentado ya las conspiraciones y las ingentes cantidades de alcohol que pueblan la novela?

Pero me voy a detener aquí. No quiero quitaros la oportunidad de disfrutar de esta experiencia por vosotros mismos. Álvaro nos da permiso para circular su obra, así que os animo a ello con entusiasmo. 

Os dejo con las palabras del escritor (con todas las letras):

¿Argumento? A grandes trazos se podría bosquejar como una aventurilla de gente inepta en un mundo extraño (y no, no es sobre política). Alienígenas que se funden absurdamente (o no) con la mitología griega y ofrecen diversión a base de bocados sangrientos y de buenas dosis de cerveza bien tirada.

La idea principal es que, si alguien la quiere y le gusta, sencillamente se la pase a sus conocidos. No veré un duro con ella, o bien poquitos si alguien desea entrar en el enlace que añado como explicación a una distribución justa, pero me sentiré más que pagado con cada comentario (bueno o malo) que levante en los posibles futuros lectores.

Pues eso: éste es mi granito de arena. ¿Alguien se anima?

martes, diciembre 04, 2012

Aférrate a mí (Fall on me) 1/4

Autor del fanfic original: Mariner. Escrito entre el Cáliz de Fuego y La Órden del Fénix. La historia está basada en personajes y escenarios creados por JK Rowling, a quien pertenecen. No se persigue provecho monetario alguno, ni la infracción de ninguno de los derechos de autor.

Nota del Autor en el original: La historia comienza al final del cuarto libro, cuando Sirius fue a "esconderse por un tiempo en casa de Lupin."

I

Hay cosas que nunca cambian. Es poner comida en la mesa y Sirius se presenta.

Acababa de preparar el desayuno cuando apareció Canuto. No sabía que era él, claro. Escuché unos arañazos en la puerta y fui a mirar por la ventana, esperando ver una mascota perdida o una ardilla particularmente osada. Lo que vi fue a Canuto, con aspecto polvoriento y desaliñado, sentado en los escalones de la puerta principal. Tenía cardos enganchados en el pelo y barro en las patas.

Me quedé allí de pie, como un idiota, hasta que lanzó un suave ladrido y levantó la pata para rascar la puerta de nuevo, entonces me acerqué y le dejé entrar. Esperó hasta que hube cerrado la puerta tras él y corrido las cortinas, antes de volver a transformarse en Sirius. Tenía el mismo aspecto polvoriento y desaliñado en su forma humana. Aún le colgaba un cardo de la ropa, como si de un patético adorno se tratara. Se lo sacudió impacientemente con el dorso de la mano.

Hola, Remus’, dijo tranquilamente.

Hola, Sirius.’ Permanecí con las cortinas en la mano, mirándole, mientras trataba de encontrar algo más interesante que añadir. Había pasado un año desde que lo viera por última vez, ocho meses desde que tuve noticias suyas. Ni siquiera sabía que estuviera aún en tierras británicas. Y ahora estaba en mi recibidor, balanceándose sobre los pies con aspecto cansado, observándome con unos ojos llenos de cautela e incertidumbre. Me di cuenta de que si no decía algo pronto, iba a pensar que no era bien recibido.

Me alegro de verte.’ Me dirigí hacia la cocina, indicándole con un gesto que me siguiera. ‘No me lo esperaba, pero me alegro.

Me envía Dumbledore’, dijo como si eso lo explicara todo, y en parte supuse que así era. La tensión de sus hombros indicaba que no le había enviado a transmitir buenas noticias, pero antes de que pudiera preguntar, olfateó a su alrededor y se acercó a la mesa de la cocina como si su nariz tirara de él. ‘Oye, ¿son salchichas lo que huelo?

Sírvete.’ No había cocinado para dos. Tampoco había comprado para dos, pero estoy acostumbrado a saltarme comidas de vez en cuando, así que cogí otra taza del armario sobre el fregadero, serví té para ambos, y luego me senté a mordisquear una tostada mientras Sirius atacaba los huevos con salchichas. Apenas se molestaba en masticar, y me pregunté cuántas comidas se habría saltado últimamente.

Bueno, ¿qué ha ocurrido?’ pregunté cuando terminó.

Sirius se había relajado un poco mientras comía, pero ahora su mirada se endureció de nuevo y las líneas alrededor de la boca se pronunciaron más. Alejó el plato vacío y tamborileó con los dedos sobre la mesa.

Voldemort ha regresado.


lunes, noviembre 26, 2012

Sombras al amanecer

Mi entrada en el mundo de los blogs se produjo gracias a Harry Potter. Durante la larga espera entre la salida del cuarto y quinto libro, mi adicción a los libros de J.K. Rowling se vió en parte saciada gracias a la adquisición de un nuevo vicio: internet. En ese nuevo mundo que se abrió para mí, descubrí un puñado de gente que se dedicaba a compartir sus neuras, a crear grupos de discusión y a compartir historias basadas en el niño mago. Había entrado en el universo del fanfiction. Y así fue también como acabé en el blog de Akin, pero eso es otra historia y será contada en otro momento.

El mundo de los fanfics es vasto. Prácticamente inabarcable. El truco para no perderse dentro es seleccionar con cautela. Existe fanfiction (= ficción hecha por fans) de casi cualquier libro, serie, película o comic con un cierto número de seguidores. Los fans, sedientos de más, imaginan nuevos desenlaces más a su gusto, o completan huecos en las tramas, o simplemente cogen personajes y escenarios creados por otros y se explayan a su manera. Cualquiera puede escribir una, y por eso la calidad va desde lo vagamente legible hasta obras con pleno derecho a ser publicables por sí mismas. De ahí lo de seleccionar. Por mi afán perfeccionista, las historias que más me atraían eran aquellas que procuraban ser consecuentes con el material oficial, en mi caso los siete libros de Harry Potter. Todo aquello que, en mi opinión, se salía de las conclusiones lógicas que se extraían de una lectura normal, me ponía nerviosa. Con excepciones, claro, si la calidad lo merecía.

El caso es que un día descubrí a un autor que me encandiló. Firmaba como Cas, y publicaba en FictionAlly.org. Que yo sepa sólo publicó tres historias, pero una de ellas es mi preferida: A promise worth keeping. Era prácticamente un libro, con 20 capítulos y casi 200 páginas, que devoré en repetidas ocasiones. La historia ocurre en un universo alternativo, un año antes de que las cartas de Hogwarts comenzaran a llegar al número 4 de Privet Drive. Harry tiene un accidente mágico de desastrosas consecuencias para él mismo. La historia se cuenta desde la perspectiva de tres personajes, dos de ellos viejos amigos que tratan, cada uno a su manera, de proteger al niño, sin saber que al enfrentarse en sus esfuerzos, el verdadero mal acecha en otro lugar.

Tan bueno era, que a veces lamentaba que no lo conociera más gente. Por aquel entonces, tratar de convencer a quienes me rodeaban de que lo leyera en inglés era una tarea destinada al fracaso. Llegué incluso a imprimirlo y encuadernarlo para que mis amigos y familares accedieran al material con mayor facilidad, pero ni por esas. Así que me propuse la absurda meta de traducirlo.

Como era consciente de mis limitaciones, decidí iniciarme en tal empresa con otra historia más corta. Otra de mis preferidas, de un tal Mariner y disponible también en FictionAlley.org: Fall on me. Tres capitulos y una sencilla historia que puede resumirse de la siguiente manera: "Tras catorce años separados, ¿realmente conoce Remus a Sirius? ¿Y Sirius a sí mismo?" Cualquier historia que no acabara en slash con esos dos tenía ganado medio corazoncito conmigo.

Así pues, me puse a ello. Tras todo este tiempo, y como me ocurre con la mayoría de los proyectos que empiezo, aún no he acabado de contarle al mundo esa promesa que vale la pena mantener. Pero sí que acabé la otra. Y ha llegado el momento de compartirla.

En espíritu con el sistema fanfiction, lo publicaré en varias entradas (concretamente, cuatro). Eso son buenas noticias, ¡al menos durante cuatro semanas habrá un post publicado! Si el experimento me gusta (porque ya he decidido renunciar a recibir comentarios), quizá me anime a seguir con la otra historia, y así obligarme a terminarla. Ya veremos...


Y la semana que viene... ¡Hablaremos del gobierno!

lunes, noviembre 05, 2012

Remember, remember

Will y Ben pasean por las afueras de un pueblo inglés, durante una mañana otoñal. Un puñado de chiquillos se afanan a un lado del camino, recogiendo leña para una gran hoguera. Al preguntar a un chaval sobre el pelele que tratan de elevar a lo alto del montículo, éste responde: "Es Guy Fawkes. El que quiso volar el Parlamento. Esta noche lo quemaremos en la hoguera."

Los dos amigos tratan de decidir cuándo se cansarán de una costumbre así, y Will se lanza con unos versos para que no caiga en el olvido:

Remember, remember the fifth of November,
Gunpodwer, treason and plot.

En tanto que Ben completa:

I see no reason why gunpodwer, treason
Should ever be forgot.*

Tras enseñarselo a uno de los chicos, se alejan sonriéndose: "Durará cien años..."





(*) "Recuerda, recuerda el cinco de noviembre, el complot de la pólvora y la confabulación. No existe motivo para olvidar la pólvora y la traición."


Adaptado de un fragmento de La Tormenta, incluído en el volumen del Velatorio, último de la serie Sandman de Neil Gaiman.

lunes, octubre 01, 2012

Era jueves y sin embargo llovía

El aire está impregnado de ese olor característico a tierra mojada. Aspiro con fuerza, y de manera inconsciente aminoro la marcha y fijo la mirada en el suelo.

Casi puedo verla delante de mí, agachada en cuclillas con una expresión atenta, concentrada. Con cuidado, alarga la mano, levanta un caracol del suelo y lo deposita en el arbusto más cercano. A cada paso que da, repite el proceso. Su avance es lento, pero tiene un propósito claro. Sé que a veces consigue ayuda: otro se acerca, se agacha y salva a un nuevo caracol de ser atropellado en la acera.

Siempre me asalta el mismo pensamiento. ¿Lo haría yo? Pero invariablemente, sacudo la cabeza, sonrío ante el recuerdo y me limito a esquivarlos hasta llegar al portal. Inspiro una última vez y entro en casa.

martes, septiembre 25, 2012

La boda de Juan y Cris

A veces me encantaría acordarme de dónde obtengo mi información inútil sobre el mundo. Como por ejemplo, eso de que a partir de un cierto momento en la vida de cada persona, el cerebro decide que ya se ha conocido a suficiente gente diferente, y los que van apareciendo de nuevas, se asimilan a una "categoría" ya existente.

Básicamente acabas yendo por la vida chocando de déjà vu en déjà vu mientras vagas la mirada entre la gente de la calle. Como en el caso de este vídeo, donde claramente la novia es Cris y el novio es Juan, los cuales jamás se han conocido en el mundo real (hasta donde yo sé), y que por tanto sería altamente improbable que llegaran a casarse. Y menos de esta guisa:

Al parecer no se puede incrustar el vídeo: desfilando al yutiub, por favor..

No son los únicos que aparecen en esta original - aunque ya no muy reciente - ceremonia. Veo claramente desfilar a Paola, Chenoa y Fisher, entre otros, a pesar de que algunos son personajes de ficción, o jamás los he conocido en persona.

Antes de que alguien lo mencione: no, claro que no son iguales. ¿Dónde estaría la gracia en eso? Pero lo curioso es que ésa es la información que mi cerebro me envía siempre en primera aproximación, sin importar las veces que vea esas imágenes.

Y ahora la fiesta es total, porque veo gente de la ciudad que no es caminando a mi alrededor, lo que me provoca incómodos desajustes espacio-temporales. "Espera, si ellos están aquí, ¿me he inventado todo lo que ha ido pasando con mi vida en medio?" Una fiesta, ya digo.

sábado, septiembre 22, 2012

Cisne o águila

Hoy en día, la gente tiende a confundir el verdadero mensaje del cuento de H.C. Andersen: "El patito feo", (o al menos lo que Andersen quería transmitir. Que se sabe porque el propio autor escribió sobre ello contándolo). En lugar de "Puedes convertirte en aquello que deseas y dejar tu pasado atrás", en realidad es "Si estás predestinado a grandes cosas, no importa la educación que recibas."

Así que el significado no era que cualquiera podía llegar a ser alguien, sino que la gente asombrosa a veces nace en circunstancias desafortunadas, aunque tarde o temprano sus dones acaban saliendo a la luz.
O por decirlo de otra forma, no puedes labrarte tu propio camino. Es tu destino, y nada podrá evitarlo, tanto si colaboras como si no. "No todo el mundo puede ser genial, pero la genialidad puede encontrarse en lugares inesperados."
Recuerda que en la historia el patito no hace absolutamente nada para transformarse en cisne. Ocurre simplemente porque eso es lo que es.

Un tiempo después, un hombre llamado Henrik Pontoppidan escribió un historia titulada "El vuelo del águila" en una especie de respuesta ante "El patito feo" sobre un águila que se cría en un gallinero y se vuelve gordo y cobarde debido a esta vida fácil y placentera, y ni siquiera es capaz de volar. Un día le atrapa una brisa y sale volando, pero le aterra tanto la inmensidad del mundo y acaba tan confuso tras el encuentro con un águila hembra  - quien se resiste a dejar que la controle -, que se rinde y vuelve a casa, al gallinero. Desafortunadamente, le disparan porque no le reconocen y piensan que va a atacar a las otras gallinas (no sabían que pudiera volar).

Así que la moraleja de la historia de Pontoppidan es justo la contraria de la de Andersen. "No importa de qué rama familiar provengas. Los dones no se heredan, no existe nada parecido al destino. Es tu educación la que se encarga de moldearte y la que te convertirá en lo que eres."


Y con esta nota esperanzadora, concluyo mi libre traducción del texto que acompaña el dibujo de Humon, quien tanto me ha enseñado sobre la historia y cultura de los países nórdicos, y como echarme unas risas saludables a su costa.

miércoles, septiembre 19, 2012

Mensajes en una botella

Cada post que lanzo desde aquí es un mensaje encerrado en una botella, flotando sin objetivo aparente por la red de redes, confiando en ser atrapado y entendido por la persona adecuada. Busco una conexión con el mundo exterior, desde la distancia, tratando de llegar a dar el toque más íntimo sin estirar los dedos. Escribir jeroglíficos que sólo yo entiendo, con la secreta esperanza de conseguir un guiño de respuesta, inesperado y cálido.

Por eso no hablo de política, ni de religión, ni de tantos temas polémicos que sólo pueden acabar en enfrentamientos sin fin: porque la empatía se resquebraja y se pierde para siempre. Pero es mentira, claro. No me puedo aislar de la política, ni de la religión ni de cada uno de los pequeños experimentos sociológicos que me rodean y me definen. Así que haré caso omiso de mi propia regla no escrita de obviar los "temas de mayores", tan aburridos y grises que sólo me provocan desesperación y hastío. 

Hay veces que estoy tan harta de todo. De que me manipulen, de que me tomen por tonta, de aborregarme, de insensibilizarme, de taparme los oídos con tanta fuerza que duele y cantar a voz en cuello muy alto para no oír que el mundo real es un lugar hostil y despiadado. Es entonces cuando estallo, y mis trocitos se esparcen como metralla a mi alrededor, retazos inconexos de lo que un tiempo atrás fueron razonamientos completos. Estoy cansada de gritar con voz ronca, de decir justo las frases incorrectas, de obtener miradas vacías o de incomprensión.

Lo que digo carece de sentido, pero si no lo digo reviento. No vamos a aplaudir las acciones desatadas de los cuerpos de policía en las manifestaciones porque de repente se inunde la programación televisiva de series sobre familias con sangre azul uniformada. No pueden hacer que olvidemos las protestas por los recortes y los paros de los medios de transporte porque un político decida dar un giro a su carrera. Que sepamos comprender el dolor de enfrentarse a una enfermedad no hará que olvidemos sus acciones públicas. Y no comprender el fin último sólo hace que aumente nuestra aprensión, porque seguro que no nos beneficiará a ninguno.

No me gustan las cortinas de humo que se despliegan a diestro y siniestro en cada noticiero. No me gusta que me dicten qué noticia es la relevante del momento, que me obliguen a ver sólo dos puntos de vista, tan diametralmente opuestos, tan absurdos. No me gusta que la clase dirigente viva inmersa en un gigantesco patio de recreo, chivándose a la señorita, tirándose del pelo y dándose pataditas por debajo del pupitre. No soporto que las noticias sobre deporte duren tanto o más que el resto de la actualidad. Me pone de los nervios el autobombo del cuarto poder.

Aunque lo que más me afecta es saber que estoy adocenada, que ya no reacciono, que perdí la esperanza de la primavera anterior a ésta, que he perdido antes de empezar a jugar. Me apena profundamente saber que prefiero callar y marcharme furibunda de un cuarto con la televisión o la radio encendida, antes que enfrentarme a la situación y discurrir un curso de acción consecuente con mis sentimientos.

Y da mucha rabia saber que es más fácil escribir para liberar pensamientos dañinos, cuando no negativos, en lugar de compartir el resto de caras del cristal que se reflejan al fondo de este espejo. A veces temo no poseer múltiples facetas, que todo haya sido un espejismo, que despertaré y dejaré que el recuerdo se me escape de entre los dedos como un sueño. El camino para encontrarme debe estar por aquí, en alguna parte... Ojalá pudiera encontrarlo. Un día...

miércoles, junio 27, 2012

El bar de los "big holes"

Cuando alguien te lleva a un bar o restaurante nuevo, lo primero que hace normalmente es recomendarte algo del menú, o algo fuera de carta. Pero eso sería lo normal, que como todo el mundo sabe, es aburrido. Si alguna vez pasáis por cierto bar a la altura de la calle Diego de León, lo que me gustaría es que os fijárais en la carta en sí. Más específicamente, en cómo está traducida.

Puede que esto os parezca snob o de camisa de fuerza, pero fue la estratagema que usaron conmigo para probar el dichoso bar y no me defraudó en absoluto. Ni Google Translator en todo su esplendor podría haber conseguido una obra semejante. Al principio, no es muy llamativo, aparecen cosas que te hacen sonreír como "brave potatoes" (patatas valientes), "country salad" (ensalada de campo) o "sailor's clamps" (almejas del marinero). Y entonces te encuentras con "cured black footed ham" como traducción de jamón ibérico, y ya no puedes parar de verlo por todas partes.

Revuelto_roto

He decidido aportar pruebas gráficas para que me creáis, porque a mí me costó asimilarlo y volvía a comprobarlo de cuando en cuando. Contemplad esos "broken eggs" y ese "shaken of blood sausage". ¿Quién dijo "scrambled eggs"? Eso no tiene gracia alguna, dónde irá a parar. Vamos, claramente: si calamares se dice "squid", los chopitos serán "baby squid".

 
Aquí os dejo una selección de regionalismos: desde el surtido que proporciona León hasta... la esquiva Galicia. No acaban de tener claro si eso está por el norte de España o por el sur de Reino Unido. ¿No eran todos de origen celta? Propongo sustituir "galician" y "gaelic" por "celtic", y evitarnos sufrimientos innecesarios.

 Regionalidades

Para terminar, mi favorita y que ha pasado a sustituir el nombre del bar por siempre jamás: los "big holes". Si es que la misma palabra te lo está diciendo: boque-rón = big hole.

 


Ahora en serio, si alguna vez pasáis por ese bar, no os olvidéis de pedir las croquetas de jamón caseras, que están fuera de carta y son espectacularmente buenas.

sábado, junio 09, 2012

Avengers, Assemble!!

Hoy he vuelto a ver la película de Los Vengadores (los de Marvel) en el cine. Esta vez en versión doblada, para poder ir con mis hermanitos. Y la he vuelto a disfrutar entera. Qué grande es Joss Whedon.

Lo que más he echado de menos, a parte de las voces originales y un par de bromas intraducibles, ha sido que la sala ya no estuviera llena de frikis. O quizás no fueran todos frikis en la de V.O., pero desde luego que al salir estaban ya medio convertidos. El buen rollo que se respiraba en la sala la primera vez que fui a verla (al finde siguiente del estreno) y esa complicidad compartida al descojonarnos con cada salida de tono pronunciada por Tony Stark/Iron Man, o esos absurdos momentos al nivel cómico del "tartazo", no me fue posible repetirlos en una sesión temprana, con otras diez personas en la sala, la mayoría de las cuales eran madres arrastradas por sus hijos menores al cine.

Pero volví a pasar un rato estupendo, que ya se me había olvidado cómo era reírme a carcajadas viendo una película en la gran pantalla. Todo por obra y gracia de my Master, por supuesto. Esos diálogos, esas interacciones de personajes, esa acción que no para ni un segundo (y la peli es larga, eh?) Tuve que dar la razón a esos amigos que fueron a verla antes que yo: da igual que Scarlet Johansson o Chris Hemsworth no sepan actuar, que el personaje de Ojo de Halcón nunca haya sido remotamente interesante ni en los cómics, que Robert Downey Jr. haga de él mismo y se la refanfinfle todo... Da igual. Es que te lo pasas tan bien, que se perdona todo. Te ríes, te emocionas, disfrutas con cada puñetazo (dialéctico o físico). Acabas con una sonrisa de oreja a oreja y los ánimos arriba del todo.

Los Vengadores no es una peli para pensar en el sentido de la vida. Es una peli de superhéroes de Marvel. Cada personaje tiene un papel y una función, tiene vida propia y se va chocando con los demás. Hay golpes de humor que se ven venir a la legua. Justo por eso, es aún más satisfactorio cuando ocurren. Se trata de Hulk, ¿qué sutilezas esperábais? Y los actores están cañón. Pero lo mejor es que va a haber secuela. Espero que el director vuelva a estar a la altura... Vamos, que sea el mismo.

También me encantó ir fichando actores que salen en otras series. La de mayor protagonismo era Robin, de How I met your mother, que aquí se lo pasa pipa mangoneando al personal y dando volteretas pistola en mano como segunda al mando de Nick Fury. Luego vi a Victor, de Dollhouse, haciendo de policía con frase, y pulla incluida, en menos de un minuto. Y luego está el caso de la camarera Beth, una que sale en el centro de varios planos grupales y al final hace unas declaraciones agradecidísima al Capitán América. Me pasé un buen rato pensando: "¿Por qué me suena tanto?" Así que le pregunté al IMDb y resulta que es la típica que sale como secundaria o personaje invitado en mil series desde hace eones: El Mentalista, Urgencias, C.S.I., Ally McBeal, Los problemas crecen... Aunque lo cierto es que a mí me debe sonar más de salir en un par de capítulos de Dollhouse. Lo que confirma que si trabajas con Whedon, repites seguro.


Para críticas más de verdad, podéis mirar por ahí. Ojo con los spoilers.

jueves, mayo 31, 2012

La nena y su drama mamá

Lo malo de dejar el blog tirado es que las novedades ya no son tales cuando las cuento. Y mira que llevo semanas con la cantinela en mente: "que aún no has hablado de esto, que ya no va a tener gracia, que no se puede llamar noticia a algo que pasó hace un mes". Pues ni por esas. La semana pasada tuve otra oportunidad de contarlo, pero mi Vida Real (TM) se interpuso y nanay.

Afortunadamente, la providencia ha intervenido y me ha dado otra oportunidad. A la tercera va la vencida. En mi último post recopilatorio de enlaces, mencioné (entre otros) el blog con el curioso nombre de Cómo no ser una drama mamá. En mi mente, ese blog siempre irá asociado con momentos de risa y relax, entre estados de pánico y estrés en grados varios. Un post de "la nena", que es como ha acabado quedándose apodada, era la buena noticia del día. Las recopilaciones de consejos típicos de madre ("como te caigas, encima te doy", "haz lo que quieras", "tómate el zumo rápido, que se le van las vitaminas", etc) se convertían en carcajada asegurada al incluir las barrabasadas que hacía ella de niña y esa forma de ser tan peculiar de su madre, la sufrida drama mamá.

Pues ahora resulta que "la nena" ha publicado un libro. Recuerdo que cuando me enteré, mi primer pensamiento fue: "¡Su madre la mata!", y ya me preparaba para ir corriendo a decirle a su drama mamá que nosotros le habíamos preguntado, para que la sangre no llegara al río. En el libro (que aún tengo que encontrar, porque de momento está agotado) aparecen sus entradas-consejo, aderezadas con algunas de las historias que dejaban sus comentaristas y la reacción de su madre al enterarse de la existencia del blog y su papel protagonista. Eso hay que verlo.

Y si vivís en Madrid, estáis de suerte, porque la autora estará en la feria del libro firmando libros. Lo cierto es que ya estuvo el sábado pasado, pero me fue imposible ir. Así que voy a aprovechar mi buena fortuna, y del próximo sábado no pasa. Amaya Ascunce, que es el nombre real de "la nena", estará por la mañana en la caseta 201 (librería VID). A ver si esta vez quedan libros cuando llegue.

domingo, mayo 06, 2012

Promocionando Team StarKid

Como soy tan pájara, parece ser que no he hablado a casi nadie sobre las creaciones StarKid. O que se lo he contado a una persona muchas veces. Pobre. Procedo a subsanar mi error.

StarKid es una compañía que produce y crea musicales. La primera vez que oí hablar de ellos fue trasteando por el Youtube: un grupo de gente joven había creado un musical sobre Harry Potter. Por amor al arte, además. Lo que no impidió que les montaran un pollo por motivos de copyright y tuvieran que acabar cambiando el nombre de la obra. "A Very Potter Musical" es un musical a medio camino entre el homenaje y la parodia: se nota que los que participaron en el proyecto son muy fans de HP. Desde el principio me sorprendió la calidad y el humor que destilaban las canciones, pero sobre todo lo bien que actuaban y cantaban. La historia mezclaba con bastante éxito los argumentos de los libros primero, cuarto y séptimo, pero situando la acción en un supuesto segundo año en Hogwarts. Harry es una celebridad, toca la guitarra y por doquier le siguen fans y amigos. Draco está interpretado por una actriz divertidísima y se pasa la obra rodando por el escenario (en un intento frustrado de mostrar la elegancia y gracilidad de los Malfoy), mientras es mayormente ignorado por los demás. Los poseedores de los mayores chorros de voz son los que dan vida a Dumbledore y Ginny Weasly, que claramente no necesitan micrófono para hacerse oír. Y el resto del reparto es igualmente genial, especialmente el dueto Quirrel/Voldemort.

(Primer intento de post-partido, ¡sigue leyendo, que hay más!)

lunes, abril 23, 2012

¿Qué mejor regalo que un libro?

Lejos del miedo es el tipo de novela que esperaba leer cuando cayó en mis manos Crepúsculo. Antes de que alguien se me horrorice por semejante comienzo, dadme la oportunidad de explicarme. Yo esperaba encontrar una historia que girara en torno a una muchacha que se enamora de un vampiro. Un vampiro de verdad, de los de toda la vida: un personaje envuelto en un halo de misterio, con señales de "peligro" apuntando hacia él, pero que a pesar de todo fuera irresistiblemente atrayente. Lamentablemente, la tal Meyers me ofreció un penoso espectáculo, con una chica cara-palo (obsesionada con el sexo) y un vampiro gusiluz (con las hormonas también disparadas). Si no fuera por mi compulsión de acabar cualquier libro que empiezo... Bueno, es la gracia de los best-sellers, que te enganchan y te los lees sin parar, como el Código da Vinci. Pero resulta un poco triste que tengan que engañarte así para caer en sus redes.

Mi esperanza en la humanidad, y en la comunidad escritora en particular, ha aumentado gracias a Virginia Pino Cózar. Encontré su primer manuscrito gracias al blog de Sonia, que realizó una estupenda review de Lejos del Miedo y consiguió picar mi curiosidad. Una de las cosas que más me llamo la atención fue que Sonix subrayara lo bien escrita que estaba la novela. Puede parecer banal, pero realmente se agradece mucho cuando lees un libro al azar y resulta sencillo y agradable, sin dejar de ser interesante y entretenido. Y despertando la misma compulsión de seguir leyendo que los terribles best-sellers. Vir lo consigue.

La historia para mí fue más o menos como sigue. Escribí un mail a la autora y me lo mandó en pdf (¿he comentado alguna vez que el eBook es maravilloso?). Tuve que obligarme a mí misma a contenerme y no leermelo del tirón en una tarde. Todo un desafío, porque eran unas 100 páginas de libro, y están tan deliciosamente escritas, que se leen sin esfuerzo y verdadero placer. Esas páginas contienen la dosis justa de descripción para no aburrirme, pero esbozando el escenario y la apariencia de los personajes con claridad. Siempre he admirado esa capacidad para explicar lo que uno quiere decir, y dejar margen suficiente para que la imaginación del lector rellene los huecos y se sienta parte de la historia. Los personajes se llegan a sentir como personas completas y complejas rápidamente: con sus debilidades y puntos fuertes. Hasta los secundarios quedan perfectamente contenidos. Eso es otra cosa que me encanta, y que espero continúe en el siguiente libro: los personajes que evolucionan y crecen. Sin duda la protagonista será una digna sucesora de Buffy ;)

¿Siguiente libro? Pues sí, hay una segunda parte, Un Mar de Cristal, que acaba de salir a la venta (¡una ganga!) Un avance del mismo ya venía incluído en Lejos del Miedo, y prometía. He de reconocer que me asombra ver cómo en esa breve primera parte crea una historia con tantas posibilidades de desarrollo. Es una estrategia buenísima para atraer lectores. Como Vir es una escritora novel, es una buena idea conseguir publicidad en el mayor número de lugares posibles, incluso en un blog tan pequeño como éste. Y con semejante carta de presentación, yo vendo la historia encantada, la verdad. 

Releyendo la entrada, no sé si habré conseguido convencer a algún seguidor del blog: escribir una crítica ha resultado más difícil de lo que pensaba. Pero si a alguien le pica la curiosidad, como me sucedió a mí, podéis encontrar toda la información que necesitéis en este blog, o escribir a Vir, que es un encanto de muchacha. Le deseo toda la suerte del mundo en esta nueva aventura editorial.

domingo, abril 08, 2012

A través del laberinto

Como todos los niños del mundo saben, la distancia más corta entre dos puntos es la imaginación. Y para llegar desde el colegio hasta Golosa, lo mejor era atravesar el laberinto.

El mayor misterio del laberinto era, sin duda, el por qué recibía ese nombre. Aunque la realidad nunca debería estropear una buena ficción, sólo se trataba de una zona verde más en un barrio de familias-con-niños, que además proporcionaba una cierta privacidad a tres portales. A vista de pájaro se podían ver varias zonas de césped y árboles delimitadas por setos y atravesadas por un camino, que se bifurcaba para dar paso a cada una de las entradas del edificio.

Sin embargo, desde una altura inferior al metro veinte, los muros verdes y el techo enramado escondían grandes posibilidades. Fuera del laberinto, la calle empinada era aburrida y gris. Al girar por el camino de baldosas anaranjadas, podía ocurrir cualquier cosa. Además, era un atajo estupendo. Con el tiempo, mis ojos acabaron salvando la altura del seto, y la magia se fue diluyendo. Pero la fuerza de la costumbre seguía dirigiendo mis pasos hacia el laberinto cada vez que pasaba por esa calle.

El problema de los hábitos creados en la niñez es que nos ciegan ante lo que es evidente para los demás. Uno de esos conflictos de indentidad temporal tuvo lugar hará unos años. Era de noche y mis amigos, E. y Ch. me acompañaban de vuelta a casa. Como cada vez, abandoné la calle principal para tomar el atajo del laberinto, arrastrando a mis amigos conmigo. Ellos, que ya me conocen, no suelen hacer muchos aspavientos ante otra de mis manías, aunque esta vez la reticencia que mostraron estaba plenamente justificada.

Completamente ajena a lo que ocurría a mi alrededor, tardé un poco más de la cuenta en notar que habíamos sido acorralados por una banda de adolescentes. Nos cortaban el paso por ambos extremos del camino. Indecisos, nos paramos. El que supusimos líder, se dirigió a nosotros con aire decidido:

- ¿Qué pasa? ¿Queríais esquivarnos?

Al parecer, habían visto nuestro extraño giro de 90º a pocos metros de donde se encontraban reunidos, y lo interpretaron como una maniobra de despiste y evasión por nuestra parte. Mientras Ch. trataba de contemporizar, hablando con ese aire entre afable y apaciguador que le caracteriza; E. vigilaba con recelo ambas facciones del grupo de muchachos, calibrando la peligrosidad de la situación. Yo aún tardé unos segundos más en salir de mi ensimismamiento y procesar la escena. Acto seguido, hice algo que aún hoy no sé si fue valiente o estúpido. Me giré hacia el jefe y le dije la verdad:

- ¡No! Sólo queríamos atravesar el laberinto...

La incredulidad que se pintó en sus ojos fue para enmarcarla. Estudiando mi rostro, todo inocencia, su expresión acabó cambiando paulatinamente a una entre divertida y resignada. Nos examinó de arriba a abajo por última vez, y tras una señal, el resto se apartó y nos dejaron continuar.

Nunca supe si me creyó, o si pensó que era directamente idiota, y que bastante tenía con lo mío.



Otro día os contaré la del asesino del hacha que hay en mi portal.

sábado, abril 07, 2012

Cosas bien dichas

Hay gente que escribe bien. Hay gente que escribe muy bien. Hay quien escribe cosas interesantes, y quien al escribir sobre cosas las hace interesantes. A todos les profeso una gran admiración y acaban apareciendo en mi barra lateral, como un pequeño tributo a su labor.

Las últimas incorporaciones han ido apareciendo casi subrepticiamente. Sin que nadie se percatara, ni siquiera yo, se han amoldado estupéndamente a mi rutina. Como no ser una drama mamá y Mi mesa cojea ya me habían acompañado durante mi temporada de sequía bloguera. Al mundo de los rocambolescos consejos maternales me introdujo M., compañera en desgracias (también llamada tesis), con el objetivo de compartir unas risas en la distancia, y olvidarnos de jefes malignos, proyectos inacabables y ordenadores que explotaban. A guisa de presentación, se podría resumir así: la autora del blog comparte los consejos que ha ido recibiendo y recibe de su drama mamá, y nos alegra el día relatando a su entregado público las perrerías que protagonizaba de niña, mientras trata de decidir si perpetuará esos consejos en una futura prole.

Siempre he sido ávida lectora, con una gran capacidad de empatía para introducirme en las historias que se narran en los libros. El Mundo Real y sus miserias se me da peor. En cuanto aparecen las noticias en la tele, cambio de cadena. Pero no se puede vivir al margen de todo, así que de vez en cuando visito el blog de Jose A. Pérez, entre otros, para que me cuente su punto de vista, con esa deliciosa ironía de la que tanto disfruto, y me pique lo suficiente para ampliar mis conocimientos y formar mis propias opiniones. A él le estaré eternamente agradecida por introducirme a las perlas de la televisión vasca: Ciudad K y Escépticos.

Aunque ya conocía el blog de Biónica, no era lectora asidua. Hace unas semanas que caí en Tú habla, que yo te escucho por casualidad, y no fui capaz de entender por qué. Las últimas entradas que leí, y que acabaron por conquistarme tienen el valor añadido de haber sido muy educativas, abriendo la puerta a un mundo del que apenas sé nada, pero que resulta fascinante.

De mis últimos descubrimientos bitacoriles, he decidido incluir a Sonia Unleashed, que a su vez me llevó a descubrir a Vir que, entre otros blogs, regenta el Diga 33. Gracias a Sonia y sus estupendas críticas, me he apuntado una buena cantidad de series, películas y libros para degustar en el futuro. Otra fuente infinita de actualidad. De momento, ya estoy embarcada en Awake, serie de la que quizá me anime a hablar un día. Y también parece que me ha atrapado un lugar Lejos del Miedo, pero eso es otro post y será contado en otra ocasión.


Como decía, hay personas que tienen una facilidad natural para escribir. Son capaces de contar cualquier cosa, y expresar sus opiniones de forma tan redonda, que no merece la pena escribir otra entrada. Es el caso de Molinos, y su exabrupto contra la huelga de deberes; y es el caso de Jose A. Pérez, que describe la escalofriante verdad sobre la investigación española. Cada uno en su estilo, ambos directos al blanco. Se puede decir más alto, pero no más claro. Que los disfrutéis o lloréis o gritéis a gusto.

viernes, abril 06, 2012

There's no place like home

Acabo de darme cuenta de una cosa. Bueno, en realidad, llevo tiempo sospechándola, pero acabo de concretar en palabras lo que antes era algo etéreo que me atenazaba la boca del estómago.

Mi blog me provoca ansiedad.

No me entendáis mal. Me encanta mi blog, le tengo mucho cariño, disfruto muchísimo escribiendo y sabiendo que tengo un público de al menos dos o tres personas que se leen mis idas de olla del momento. Pero desde que volví en enero, me pongo de los nervios mientras espero a recibir feedback. Lo cual es absurdo de principio a fin. Escribir aquí tras más de dos años de sequía es el equivalente de empezar de cero. Con la desventaja añadida de que no soy una completa desconocida, así que no engaño a nadie sobre mi grado de cordura o habilidades a la hora de escribir.

Hace poco un amigo me preguntaba: ¿qué haces en tu vida que sea sólo para ti? Y le contesté: escribir en mi blog. Lo cual es cierto, en parte. Escribir me libera y me obliga a salir de mi vórtice de caos interno. Me obliga a estructurarme y volver a la fase "ser persona", sin lo cual me diluiría en mi rutina diaria. El problema en estos momentos están siendo mis expectativas.

Aparentemente, estoy repitiendo en la Vida Virtual mis errores del Mundo Real. No puedo volver al pasado. O mejor dicho, no puedo retomar mi vida (en cualquiera de sus facetas) en el punto en que la dejé hace años. Aquí han pasado dos, pero en Madrid han pasado cuatro años. Que se dice pronto. Durante ese tiempo, la gente ha seguido con su vida. Sin mi presencia. Exactamente igual que hice yo. El dilema ha surgido cuando he intentado volver a encajarme en el puzzle sin tener en cuenta ese desfase temporal. Es imposible.

Cuanto más me empeño en volver a mis lugares comunes, más me frustra ver que estoy fuera. Y es que no tiene sentido que me comporte como si nada. Esta es una de las razones por las que paso más tiempo descubriendo blogs nuevos. El hecho de pasarme pegada al portatil día y noche también ayuda, claro. Siento como si el tren de mi vida, tras el último desvío, se hubiera ido deteniendo lentamente, hasta acabar en la vía muerta actual. Y es doblemente desesperante, porque recuerdo con claridad las velocidades de infarto que alcanzaba no hace mucho.

Pues hasta hoy, no me había planteado seriamente que ése es el problema. Que el tren está parado. Que si no me persono en la cabecera y lo pongo en marcha, aquí me quedo. Y es un sitio aburridísimo. Así que a ver si se me ocurre un destino pronto. O el tipo de carburante para ir calentando máquinas... Ehm... Esta analogía se me ha ido de las manos.

Nada, nada. Si en algo me estimáis, lo que tenéis que hacer, lectores y pelusas, es buscar en la barra lateral la imagen del tipo rubio ese tan majo, sentir como os invade su sabiduría, ¡y luego comentar, perras!

lunes, abril 02, 2012

El saber

Si saber no es un derecho,
Seguro será un izquierdo.

No parece importarnos la educación de nuestros hijos. Como en el cuento de las sibilas, quemamos los libros del saber. Recortando y recortando. Que todo sea más fácil, más sencillo, menos contenidos, menos conocimiento, no vaya a ser que sufran esforzándose. Todos iguales, todos distintos. Que nadie destaque. Que nadie se emocione de más. Otro cambio en la ley de la educación, en los planes universitarios. Otro retroceso.


Ya no hay derecha ni izquierda. Las ideologías son del siglo XX, o del XIX incluso.

El siglo XXI es todo "tec": tecnologías y tecnócratas. Los unos nos entretienen y los otros se entretienen a nuestra costa.

martes, marzo 27, 2012

El primer comic de la historia

¿Por qué una estrella se enlaza
con otra como un dibujo?


En la antigüedad, los hombres usaban como referencia en sus viajes los únicos puntos fijos que tenían: la estrellas. Las agrupaban y les daban nombres. ¿Y qué mejor forma de recordarlas que contando una historia con ellas? Así es como nacieron las constelaciones.

Las constelaciones más fácilmente reconocibles del hemisferio norte son, quizá, la Osa Mayor (o el Carro) y Casiopea (con forma de W o M, depende de la época del año). Esta última forma parte de un grupo de constelaciones (junto con Cefeo, Pegaso, Andrómeda, Cetus y Perseo) que se conocen como la leyenda de Andrómeda.
Casiopea, esposa del rey Cefeo, era una madre que estaba muy orgullosa de la belleza de su hija, Andrómeda. Tanto es así, que afirmaba que su belleza era superior a la de las Náyades, las hijas del dios Poseidón. Pero nadie rivaliza con los dioses y sale impune. Un monstruo de las profundidades marinas, Cetus (la ballena), fue enviado por el padre de las criaturas retadas a castigar las costas del país. Según un oráculo, la única forma de detener el desastre era que Cefeo sacrificara a su hija Andrómeda, encadenándola a una roca para que la devorara el monstruo.
Afortunadamente, un héroe pasaba por allí en el momento preciso: Perseo. Montaba a lomos de Pegaso, el caballo alado, y venía directamente de vencer a la gorgona Medusa. Le había cortado la cabeza y la había llevado consigo: su mirada seguía teniendo el poder de convertir en piedra a quien posara sus ojos sobre ella. Ese fue el destino de Cetus, que se hundió con las otras piedras en el fondo del océano. La bella Andrómeda fue liberada, y acabó casándose con Perseo.

Todos los personajes de la leyenda comparten juntos un pedazo de cielo, inmortalizados por los dioses tras el fin de su aventura. Como detalle curioso, en la constelación de Perseo, la estrella que haría las veces de ojo de la cabeza de Medusa es una estrella variable llamada Algol ("demonio", en árabe). ¡Una mirada de lo más diabólica!

Leyenda de Andrómeda I


Cuando se iniciaron las exploraciones náuticas (la hazaña de circunnavegar África, o llegar a las Indias...), los marineros se encontraron con un cielo lleno de estrellas totalmente nuevas. Así que se dedicaron a crear historias con esas constelaciones nuevas usando elementos que formaban parte natural de su entorno. Así, nació la enorme constelación del barco, que posteriormente tuvo que fraccionarse en otras más pequeñas: la vela, la quilla, el octante, el compás... Los dioses y héroes del pasado habían dado paso a objetos más triviales. También elevaron a los cielos a algunas de esas nuevas criaturas que poblaban los nuevos mundos descubiertos: el ave del paraíso, el tucán, el fénix, el camaleón, el pavo real... Los cuentos celestes seguían relatándose, pero esta vez eran historias de y para marineros o aventureros.



Sin embargo, las estrellas que pertenecen a una determinada constelación no suelen tener una relación física unas con otras. Hay excepciones, como por ejemplo las Pléyades, que sí son un puñado de estrellas que nacieron juntas de una nebulosa y siguen aún compartiendo el nido. Pero si pudiéramos salir de la superficie terrestre, surcar el espacio y mirar desde la distancia, de lado, veríamos a las estrellas que forman el Carro claramente separadas entre sí, sin nada que las relacionara. Da la casualidad que desde la Tierra aparecen en un trozo cercano del cielo, nada más.



Esto significa, por supuesto, que la forma de las constelaciones no siempre ha sido como es hoy en día. Las estrellas más cercanas a nuestro Sistema Solar se mueven más rápido sobre nuestro cielo que las que están más alejadas. Y cuando pasen miles de años, su forma cambiará de nuevo.



Si pensáis que quizá por eso las constelaciones de ahora no se parecen a lo que sus nombres aluden... pues me temo que no, ni siquiera con esa excusa se puede justificar. Los antiguos griegos y compañía tenían muuucha imaginación.

domingo, marzo 25, 2012

Otro libro se va de viaje

Este fin de semana tendría que haber salido otro post, pero hay un par de imágenes que se me están resistiendo, así que va esta otra en su lugar.

Hace mucho tiempo, me decidí a unirme a la aventura de bookcrossing.com: ¡libros gratis! La idea es tan simple como bella: "Haz del mundo una biblioteca". Eliges un libro, lo registras en la página web, el número asignado se incluye en el libro... y se suelta el libro "en la jungla". El libro se deja a su suerte, con la esperanza de que caiga en buenas manos. La finalidad de todo esto es que el libro siga su curso de mano en mano: leído y vuelto a liberar.

Una idea bonita. Una ejecución descorazonadora.

Por el momento, he liberado cuatro libros (míos originalmente). Acabo de registrar un quinto. Sólo uno de ellos ha pasado por otras manos que lo han vuelto a liberar. El resto he de suponer que languidecen en las estanterías codiciosas de algún ser desconocido, o peor aún, ha sido destruído y ha acabado sus días despedazado en un charco de barro o en un cubo de basura. En todo este tiempo, sólo he encontrado un libro, que leí y liberé de nuevo. Eso ha sido todo.

Cualquiera podría pensar que llega un momento en que la abrumadora evidencia invita a rendirse. Tirar la toalla y reconocer que no se puede llevar a cabo una empresa semejante en nuestro mundo. Pero esa única vez que encontré un libro y esa única vez que alguien dijo haberlo encontrado y posteriormente liberado han sido suficientes. Por eso he vuelto a registrar un libro nuevo, aunque técnicamente soy la segunda mano que lo lee. Estará forrado, para soportar las inclemencias, y etiquetado, para conservar su identidad. Pienso dejarlo por ahí a mediados de semana. En el metro, muy probablemente, para que haga compañía a otra persona en su viaje.

Cruzo los dedos...

martes, marzo 20, 2012

Creeping up on you

Aparentemente, ya no puedo ver películas tranquila, sin que salten todas mis alarmas mentales.

El otro día, sin ir más lejos, tuve que levantarme y dejar de ver la tele, para evitar tragarme la película que estaban poniendo. Era una de esas comedias románticas, típicamente Hollywoodiense. Apenas vi quince minutos, pero era de esas en las que no es fundamental enterarse del principio. En esencia, va de un tipo (interpretado por Will Smith) que da consejos a otros tíos sobre cómo conseguir impresionar a las mujeres. En concreto, la primera escena que vi mostraba a un ejecutivo regordete, todo timidez y nervios, que había dejado patidifusa a una jefa de su compañía, y había acabado consiguiendo una cita con ella. Todo siguiendo los consejos de su peculiar celestino. En otra escena, a continuación, se nos dejaba claro que Hitch, el consejero amoroso, no ayuda a tipejos que sólo buscan sexo: él trata de ayudar a los menos hábiles de entre la sociedad a conseguir a las mujeres de su vida. O eso decía.

Justo después, se nos presenta un momento curioso. El punto de la película en que Hitch emplea sus propias técnicas para entablar conversación con una mujer "difícil" en un bar, de esas que rechazan a todos los moscones con facilidad. Tienen una debate dialéctico de altos vuelos, donde él trata de derribar sus escudos con mucho morro, y ella trata de hacerle caer de bruces y que abandone la empresa. Finalmente, por supuesto, ella acaba picada por la curiosidad. Y entonces él se marcha.

Sedal, cebo y captura.

A partir de ese momento, empiezan las escenas más chungas de toda la película y la razón por la que dejé de verla. Ella, una periodista con aparente fama de ser inaccesible para los hombres, está trabajando en su oficina unos días después, y se presenta un mensajero con un paquete para ella. Contiene un walkie-talkie. Por supuesto, se trata de Will!Hitch. Tras otra batalla conversacional, él vuelve a engatusarla para quedar el domingo por la mañana. En el momento que acepta, el mensajero le entrega otro paquete con la ropa que debe llevar para la cita: un traje de neopreno.

A mí ya se me habían puesto los pelos como escarpias y miraba ojiplática la pantalla. Un tío, con el que has hablado cinco minutos en un bar, ha sido capaz de encontrarte, en tu trabajo. Su invasión de la privacidad aumenta por el hecho de que una conversación así mantenida, es escuchada y comentada por todos tus compañeros de trabajo, aumentando la presión de grupo sobre ti. Te lía para quedar con él, dejando claro que eres bastante fácil de engañar, y te da instrucciones precisas sobre la (reveladora) indumentaria que debes llevar para la cita. Mi reacción inicial habría sido la de tirar el receptor muy lejos y denunciarle a la policía como acosador. Pero al parecer debo ser rara. Porque la tía va el domingo por la mañana, se acaba poniendo el traje y se monta en una moto acuática sin saber a dónde la quiere llevar. Creo que es como empieza la típica peli de terror en la que el psicópata acaba descuartizando a su víctima en un lugar tranquilo y apartado.

La historia se vuelve más espeluznante cuando la mujer acaba en la misma moto acuática que el hombre, porque una se ha "averiado" casualmente por el camino. Muy bien, chica, estás en mitad del mar, sin transporte independiente, sin saber a dónde vas, con un tipo que ha planeado tu día y tus reacciones con sumo detalle. Para rematar la jugada, acaban en un museo sobre los primeros emigrantes que llegaron a los Estados Unidos, donde Hitch ha dado con el nombre y la firma del tatarabuelo de la muchacha entre los registrados.

Vamos a ver. Que lo mismo me estoy perdiendo yo. Un tipo te conoce durante cinco minutos, te maneja a su antojo, ha encontrado dónde trabajas, te lleva a una cita rarísima en un lugar aislado, te deja claro que es capaz de acceder a tu familia... y en lugar de salir corriendo y gritando como una posesa a la comisaría más cercana, ¿te planteas una segunda cita? Tía, a ti te va la marcha. Estás pidiendo a gritos acabar en una bolsa de basura en el basurero a las afueras de la ciudad.

En fin, que la rara debo de ser yo...


miércoles, marzo 14, 2012

The Doctor is in!

En este post puede haber SPOILERS. Trataré de que sean pocos.


Me uní a la aventura de Doctor Who hará unos tres años, cuando las nuevas series* ya me llevaban unas cuantas temporadas de ventaja. Conociéndome, prefiero ver una serie que ya esté terminada, o bien tenga mucho material disponible antes de que mi voracidad alcance con la programación actual. Llevo fatal las esperas.

No sé muy bien qué me llevó finalmente a ver esta serie. Al ser británica y de ciencia ficción podría haber sido una candidata natural en mi lista, pero había leído que también era un poco tontona, con monstruos risibles y una máquina del tiempo de las que reescriben la historia (¡adoro los viajes en el tiempo cerrados!). No sé, después de Firefly cualquier otra serie del género palidece en comparación. Sospecho que alguna reseña me acabó convenciendo, aunque ahora no caigo en cuál. El caso es que empecé por la temporada 1, y el primer capítulo era un poco bobo. Sin embargo, algo en la relación de los protagonistas - el Doctor y una muchacha - me llamó la atención, y continué con el capítulo 2. Era una clara mejora con el anterior, así que, sin darme cuenta, me enganché. La primera temporada cayó en un abrir y cerrar de ojos. Las tres siguientes tuvieron un destino similar en mucho menos tiempo del aconsejable. Maldita sea. Ahora tenía que esperar a que saliera la quinta como todos los demás.


El problema de deglutir series sin parar a parpadear es la percepción que guardas de los actores. Los fans normalitos desarrollan una devoción por tal o cual personaje, y con tal o cual actor, influidos por el pasar lento del tiempo entre capítulo y capítulo, por campañas y entrevistas y revisionados del DVD. Mi aproximación ante las cosas susceptibles de frikismo es con bisturí. Si me gusta, me lanzo de cabeza hasta el fondo: tengo que saberlo todo y tengo que saberlo ya. Buceó con fruición por internet, recolectando información a manos llenas, lo veo todo y recuerdo la mayoría (mi memoria tiene unos patrones claramente absurdos). La ventaja es que de esta manera no me afectan tanto las campañas de publicidad y el comportamiento en el Mundo Real de las personas involucradas con mi objeto de devoción del momento. Y digo esto porque siempre me sorprenden y descolocan las reacciones de los fans ante los diferentes actores que han protagonizado al personaje del Doctor.

Pero me estoy adelantando... Sigue leyendo si no sabes de qué va esto:

Para aquellos no hayáis visto nunca la serie, Doctor Who trata de un Señor del Tiempo, que se presenta como el Doctor y tiene apariencia humana (bueno, los Señores del Tiempo son anteriores, así que nosotros nos parecemos a ellos). Este tipo estrafalario y curioso, con una cierta predilección por el planeta Tierra, posee una máquina del tiempo con forma de cabina telefónica azul, llamada TARDIS, y se dedica a viajar por el espacio y el tiempo junto con una joven humana, a la que se conoce como acompañante. Y van por ahí, encontrándose gente (los extraterrestres son gente, ¿no?), y les pasan cosas. ¡Ah, sí! Cuando están a punto de morir, los Señores del Tiempo tienen un truco: pueden regenerar cada molécula de su cuerpo, o lo que es lo mismo, aprovechan para cambiar al actor en la serie.

Sí, algo así sería. Vale, ya podemos seguir.




Mi primer Doctor fue el noveno, Christofer Eccleston, que duró una temporada. A destacar sería su relación con Rose, su acompañante, que va creciendo hasta un "algo más" - aún sin definir - de forma creíble y convincente. El personaje empieza siendo un poco más serio que en anteriores regeneraciones: su actitud melancólica cuadra con el amargo final de la Guerra del Tiempo. Tiene sus momentos payasos, claro, pero es gracias a la presencia de Rose, y posteriormente también de Jack, que el Doctor acaba por creerse que ha merecido la pena sobrevivir.
Entre los seguidores de la serie despierta sentimientos encontrados, principalmente porque mezclan realidad con ficción. En mi opinión, el hecho de que no acabara en buenos términos con los responsables de la serie (afirmó que no volvería a aparecer en la serie nunca más) no es motivo para desmerecer su fantástica interpretación durante el tiempo que estuvo.




Del décimo Doctor muchos afirman que es el mejor de la nueva época. No negaré que es el más entusiasta y el que se lo tomó más en serio. Hasta el punto de que su despedida de la serie (tras tres temporadas) fue tanto del personaje como del actor. Se ve claramente que no se quería ir.
Mi problema con David Tennant fue que le había conocido antes como Barty Crouch Jr. en la cuarta película de Harry Potter. Como ya he explicado por aquí, mi relación con las películas de HP es siempre conflictiva, con una actitud hacia la preservación de ciertos detalles que roza el nazismo. En concreto, odié con ardor el tic nervioso que se inventó Tennant (o el director, o el guionista, o...) para el personaje que interpretaba: sacar la lengua de forma compulsiva. Así que le cogí un poco de manía al actor.
Sin embargo, su interpretación en Doctor Who consiguió que me acabara olvidando de ello y le aceptara como el nuevo Doctor tras media temporada. Esto tiene bastante mérito, ¡que soy muy maniática para estas cosas! Lo que nunca me va a parecer es guapo, lo siento.




Mi favorito hasta la fecha es el undécimo Doctor. A diferencia de los anteriores, me enamoró desde el minuto uno, aunque fuera hecho un desarrapado (the raggedy man in the raggedy clothes) durante todo el primer capítulo. Dicen los productores de la serie que Matt Smith es un hombre mayor encerrado en un cuerpo joven, que tiene un "alma vieja". Cuando le miras a los ojos, tiendes a estar de acuerdo. Me encanta que sea payaso, me encanta cuando se entristece recordando el pasado y cuando se excita pensando en el futuro. Es absolutamente adorable ver cómo se preocupa por sus acompañantes. De hecho, las temporadas 5ª y 6ª contienen, a mi juicio, las mejores interacciones entre el Doctor y su acompañante desde el inicio de la nueva serie (principalmente porque no he visto las antiguas... que si no, también). No es que no me chiflaran Donna o Rose (hasta Martha tenía sus días), o incluso alguno de los esporádicos viajeros, pero con Amy (y luego también con Rory) hay algo especial. Son como una familia. La presencia de River no hace sino confirmar esta imagen.


Otro día tengo que hablar de las acompañantes, que son fabulosas y fundamentales para la serie y el crecimiento del personaje. En general, Doctor Who es una serie que recomiendo con fervor. A pesar de su planteamiento ligeramente infantil y absurdo, son 40 minutos que pasas disfrutando. Tiene personajes muy interesantes, que se desarrollan y crecen ante los ojos del espectador. Contiene al menos tres episodios impresionantes por temporada, de esos que te dejan con la boca abierta y pensando: "Pero ¿qué...? ¿Cómo...? Ay, madre... ¡Lo han vuelto a hacer!" También hay episodios de relleno, pero trato de encajarlos en semanas que no me apetece romperme la cabeza viendo series. Porque no todos los capítulos pueden ser como en Firefly, pero tampoco quiere decir que no merezcan la pena.



(*) Doctor Who es una serie casi de culto en Gran Bretaña, que lleva emitiéndose desde finales de los 70, casi sin interrupción. Lo que marca la separación entre las antiguas series y las nuevas es el parón que hubo desde la mitad de los 90 hasta el 2005 que se reseteó el contador de las temporadas. En ese año, la temporada 1 empezaba, pues, con el Doctor en su novena regeneración.

domingo, marzo 11, 2012

La teoría de la "piedra gorda"

Hace unos cuantos años, cuando me encontraba en plena adolescencia, sufrí un cambio de colegio. Mis padres, anticipándose con habilidad ante mi previsible protesta, dejaron caer que en el nuevo colegio había un grupo de Astronomía. ¡Ohhh, sí! Los ojos me brillaban con la emoción sólo de pensarlo. Algunas nos conformamos con cualquier cosa, podréis pensar, pero esto supuso un punto de inflexión en mi vida.

El profesor que llevaba el grupo, E., inició mi carrera como astrofísico. Entre muchas otras cosas, me enseñó que Plutón no merecía el nombre de planeta (mucho antes de que lo decidieran los de arriba) y que las constelaciones del zodiaco estaban todas desplazadas, aunque no es que importara mucho en cualquier caso (en realidad, pasábamos más tiempo jugando al "une los puntos" con los mapas estelares). De todo lo que aprendí, recuerdo con nostalgia su teoría de "la piedra gorda". Esa teoría que un día iba a patentar y con la que se haría rico, que solucionaría de un plumazo todos los interrogantes abiertos sobre el sistema solar. Explicaba la creación de la Luna, el origen de los satélites de Marte y las anomalías en la rotación de Venus y Urano. La culpa de todo la tenía "una piedra gorda". La teoría original era algo más o menos así:

En los inicios de formación del sistema solar, había muchos asteroides y cuerpos rocosos que daban vueltas entre las órbitas de los planetas, atraídos por la influencia gravitatoria del Sol y, en menor medida, de Júpiter. Las órbitas de los planetas aún no habían sido completamente limpiadas (en este momento reciben el nombre de planetésimos), y podían encontrarse asteroides de gran tamaño en circulación. Uno de ellos, llamémosle "piedra gorda", tomó una dirección que le enviaría en colisión con múltiples cuerpos de los alrededores. Desde las zonas exteriores, más allá de la órbita del último planeta gaseoso, se lanzó a gran velocidad contra su primera víctima, Urano. El choque dejó al pobre planeta con el eje de rotación tan torcido, que quedó condenado a vagar cual canto rodado a lo largo de su movimiento alrededor del sol. No contento con esto, la "piedra gorda" siguió su curso hacia el sistema solar interior, atravesando el cinturón de asteroides entre Júpiter y Marte. Su alocada trayectoria desvió a dos de sus primos, los asteroides Fobos y Deimos, hacia el planeta rojo. Marte ganó así dos satélites, y Fobos un enorme crater.




El fin del viaje estaba cerca, pero aún tuvo tiempo de chocar contra el desprevenido Venus. Sí, también torció su eje de rotación. Con tan mala baba, que quedó girando al revés que todos los otros planetas: el Sol en Venus sale por el Oeste desde entonces. Después de tanto trastazo, nuestra pobre "piedra gorda" ya no sabía por dónde iba. Tras completar un giro alrededor del Sol e intentar salir de un vecindario tan concurrido, se encontró de bruces con la Tierra. El choque fue tan brutal, que no sólo le trastocó un poquito el eje de rotación, también le arrancó al pobre planeta un buen pellizco de las capas más externas. De esos restos, nació la Luna. Y colorín, colorado, el accidentado viaje de la "piedra gorda" había terminado.

Años después, con la carrera de Física terminada y mucho trasteo por internet, he comprendido que si bien la teoría no podía justificarse como un evento único, sin duda funcionaba como regla mnemotécnica para recordar todas esas cuestiones sin resolver. De hecho, no se diferencia mucho de las hipótesis actuales, sólo que éstas tienen nombres más sutiles. E., por supuesto, lo sabía perfectamente cuando nos lo contaba, y lo usaba como una broma recurrente de año en año. He pensado que podría ser divertido contarlo por aquí.


Para saber más:


Urano, un canto rodado

Urano es el séptimo planeta del Sistema Solar, el primero descubierto en la etapa moderna, con un telescopio. W. Herschel lo descubrió, aunque afortunadamente no perduró el nombre que le puso (en honor al rey Jorge III, su patrocinador). En la mitología griega, Urano era el padre de Cronos, o Saturno en la mitología romana, que era a su vez el padre de Júpiter. Todo queda en familia.

El aspecto más curioso de Urano es la extrema inclinación de su eje de rotación, 97.8º, o lo que es lo mismo, su eje está tumbado sobre el plano orbital. Donde los otros planetas tienen su ecuador, Urano muestra sus polos. Cada uno de ellos apunta al sol, en cada solsticio, durante 42 años seguidos. Esta anomalía suele atribuirse a un posible impacto con un protoplaneta de gran tamaño al principio de su formación, aunque no es la única posibilidad.


Los satélites "captados" de Marte
Al parecer, los hijos de Ares, Fobos (miedo) y Deimos (pánico), son en realidad "adoptados"... en cuanto a su naturaleza como miembros del sistema solar, al menos. Desde luego se parecen mucho más a los asteroides, situados en el vecino cinturón, que al planeta rojo. Durante mucho tiempo se pensó que Júpiter, el vecino al otro lado del cinturón de asteroides, habría modificado la trayectoria de alguno de esos cuerpos menores, permitiendo que Marte atrapara a dos de ellos.

El problema es que la órbita de Fobos y Deimos es bastante regular y coplanaria con la órbita marciana, lo que habría sido mucha casualidad. Otra explicación más razonable sería considerar que un único satélite se hubiera partido tras un fuerte impacto hace varios miles de millones de años.


Venus: al revés del mundo


Afrodita, Ishtar, el lucero del alba (o Lucifer) es en muchos aspectos parecido a la Tierra: su tamaño, densidad y su gravedad son muy similares, de ahí que a veces reciba el nombre de planeta hermano del nuestro. Lamentablemente, su agravado caso de efecto invernadero le proporciona una temperatura media de 480ºC. Lo que lo convierte en el gemelo maligno.

Venus gira muy lentamente a lo largo de su órbita, pero lo hace además con la peculiaridad de girar en el sentido de las agujas del reloj (visto desde el polo norte), al revés que el resto de los otros planetas. No se conocen las razones de esta rebeldía giratoria, aunque se achaca a una colisión con un asteroide en los orígenes de la formación del sistema solar.


La formación de la Luna


Una de las últimas hipótesis que explican la formación de la Luna es, precisamente, la colisión de un asteroide del tamaño de Marte con la Tierra, hace unos 4500 millones de años, cuando la corteza de la Tierra aún no se había enfriado. El impacto vaporizó material de la superficie, aceleró su rotación (un día se completaba en apenas unas horas) y el eje de la Tierra quedó inclinado (permitiendo la aparición de las estaciones). Todo aquel material que no volvió a caer se quedó orbitando al planeta, aglomerándose hasta finalemente convertirse en el único satélite que tenemos hoy en día: la Luna. Pero esto no será así para siempre, porque la Luna se aleja unos centímetros cada año. Dentro de "poco", no podremos disfrutar de eclipses totales de sol, ¡habrá que aprovechar mientras se pueda!