lunes, junio 29, 2009

La primera vez

Trastear por internet te lleva a visitar páginas curiosas, como Prosopopeya Divagante, un nombre absolutamente delicioso. En ella, entre otras miles de curiosidades, encontré esta foto y me enternecí. Resulta que este niño tan pequeño era sordo de nacimiento. La ciencia, que avanza una barbaridad, le permitió a su médico colocarle un aparatito de esos molones (o audífonos) y... voilà! La cara que puso al escuchar por primera vez, no tiene precio.

El niño y el audífono

Automáticamente, cual magdalena de Proust, recordé la historia que a mi madre siempre le encanta contarme. Cuando empecé a ir a la guardería, con apenas dos años, la profesora llamó preocupada a mis padres: me distraía constantemente y no prestaba atención. Mis queridos progenitores, ambos con una estupenda tara en forma de miopía, sospecharon y me llevaron al oftalmólogo. Ocho dioptrías, ni más ni menos. Cieguita perdida. Al llegar a casa, más contenta que unas pascuas con mis gafas nuevas, entré en mi dormitorio y exclamé:

- Mamá, ¡qué juguetes más bonitos tengo!

Supongo que mi cara de sorpresa y felicidad debían de parecerse a la foto de arriba. La historia no acaba aquí. Al volver a la guardería, fue mi madre la que quiso hablar con la profesora.

- Pero ¿tú no te habías dado cuenta de que la niña no veía nada?
- Huy, si yo lo que pensaba es que era sorda... Como ni me miraba cuando le hablaba...

¡Y cómo la iba a mirar, si no había nada que ver!

Diré en mi defensa que en el momento en que me enseñaron a leer, decidí que el colegio no estaba tan mal después de todo, y empecé a atender a mis profesores. Aunque todavía hoy, si me pillan con un libro en las manos, hasta que no me gritan: "¡Crystal*, sorda!", no hago ni caso.





(*) Obviamente me llaman por mi nombre del Mundo Real (TM), pero era para que lo entendiérais todos y no pensárais que llamaban a otra.

viernes, junio 26, 2009

Añoranza

Hace poco recibí noticias de ti. Y me entristecí. Que no estás bien, que has cambiado mucho. Que ríes poco y callas más. Que quizás los últimos embates de la vida te han dejado sin fuerzas. Así que me puse a recordar. A recordarte, tal y como eras cuando te conocí. Y la risa afloró a mis labios instantáneamente. Sin proponértelo, eras siempre el centro de todas las aventuras. Sorprendentes, inverosímiles, exageradas por la repetición de boca en boca, que siempre acababan en una gran carcajada. Una noche de fiesta y una frase en el momento oportuno que veías convertida en cita memorable. Y todo con esa expresión pícara en el rostro, medio disculpándose por la atención que atraía sobre tu persona y medio divertida por saber que nada que dijeras o hicieses podría cambiar lo que ocurría a tu alrededor. Porque todos tus amigos te adoraban y disfrutaban encumbrándote en los equívocos en los que acababas implicándote sin querer. Y yo me incluyo, claro, eras irresistible.

Ahora no sé si me apetece volver a verte, para no estropear mis bellos recuerdos, o si debería correr a tu encuentro para tratar de sacarte del pozo en el que has caído. No lo sé. Ha pasado tanto tiempo...

miércoles, junio 24, 2009

Sombra aquí y sombra allá, ¡maquíllate!

Mi barra lateral es una sosez, así que he decidido añadirle unas pocas chorraditas, pero sin pasarme que luego me da rabia cuando una página se tira tres años cargando. Lo primero que pensé es en añadir una imagen simpática que coaccionara al lector casual a dejarme un comentario. Ya sabéis algo como "deja un comentario o mato gatitos" o "si no comentas, una cabra/ un mono-ninja/ un ornitorrinco se enrolla con un héroe". Cosas así. Hace tiempo encontré éste:
Apadrina un bloguero
Cumple perfectamente con su cometido: da mucha pena y toca la fibra sensible de cualquiera que pase distraído. El problema es que tendría que potochopearlo, porque pide un comentario AL DÍA y ello supondría que mi ritmo de actualización debería ser alto, o que cada post que escribo tendría que ser tan interesante como para darle muchas vueltas. Dado que no se dan ninguna de estas situaciones, y me daba perezar estrenar mis no-cualidades artísticas, decidí seguir buscando. Y entonces encontré (lo siento, no sé dónde, creo que en un foro) esta otra:
Comment... betch!
Me entró tal ataque de risa que decidí que era el indicado. Es borde con ganas, por lo que me siento profundamente identificada. Pues eso, ¡comentad, perras!



En otro orden de cosas, por fin me he decidido a mostrarle al mundo cuántos infelices me siguen, a pesar de mí misma. Se me han saltado las lagrimitas de la emoción al ver que Blanco Humano y Emea ya estaban ahí, esperando su momento. En premio a vuestra lealtad, pedid lo que queráis y trataré de hacer realidad vuestros deseos. Ejem, espera un momento: olvidaos de las fotos, ya os lo digo. (Sé que me voy a arrepentir de esto, maldita sea...)

Meme de DF

Ignoro si alguien más siguió los pasos de Jez (aún me queda por leer), pero a mí estas chorradas me encantan, así que ahí va: el no-meme de David Frost.

1 - Ve a Wikipedia. Elige artículo aleatorio.
El primer artículo que te salga del random es el nombre de tu banda.

2 - Ve a Wikiquote. Igual que antes, elige un artículo aleatorio.
Las últimas cuatro o cinco palabras de la última frase célebre (quotation) serán el título de tu primer álbum.

3 - Ve a Flickr y click en "explore the last seven days".
Tercera foto, no importa lo que salga, ésa será la portada de tu disco.


Mi grupo: Marcela Acuña
Mi álbum: Recurrir a la justicia
Mi carátula: Flor da Madeira

La primera aleatoriedad me llevó a una boxeadora argentina (a.k.a. la Tigresa) y la segunda a una cita de Tucídides (la frase completa pone los pelos como escarpias). Al menos la tercera es bonita (su título original es' Gotas').

... Y un, dos, tres, cuatro, así hemos pasado el rato. Lo que se dice un post por la jeta.




BONUS TRACK: Hace días que quiero compartir esto con mis queridos y escasos lectores. Otro descargador de ira, que además se ha presentado voluntario. Abofetéalo sin piedad.

domingo, junio 14, 2009

El ritmo canario

Cuando pasas mucho tiempo sin tener una residencia fija, el mundo a tu alrededor acaba volviéndose de un color extraño, las imágenes aparecen en una mezcla imposible entre borrosas, diluidas y brillantes. Trabajar 24 horas, descansar un día de cada tres, tener de pronto un fin de semana libre... Todo se difumina un poco y acabas por no descansar, ni emplearte al 100% en lo que haces. Vas de un avión, a un taxi, a un autobús y vuelta a empezar. El paisaje cambia sin descanso y nada permanece lo suficiente para que se le de un sentido.

Así que heme aquí, de vuelta de un finde de relax con la sensación de no haber podido desconectar del trabajo, pero con el estómago encogido por haberme perdido detalles esenciales del mismo. Estar y no estar, al mismo tiempo. Y las variadísimas regiones climáticas de las Islas Afortunadas no ayudan mucho a anclarse a una realidad inmutable. La Palma, sin ir más lejos, con esas tremendas variaciones en alturas, muestra ante los ojos del visitante una infinidad de parajes: zonas volcánicas, exuberante vegetación inmersa en la lluvia horizontal, playas de negra arena guarecidas entre altos acantilados, amplias zonas de cultivo (mucho plátano, sí), las regiones casi desérticas de las altas cumbres. Todo ello al ritmo desenfrenado que sólo una visita guiada programada por locales podría conseguir. Es decir, planeas ver una serie de puntos emblemáticos en un tiempo dado, mientras que procuras que nadie se estrese en el proceso. Si las reuniones previas se alargan, se retrasa todo media hora. Que alguien se entretiene para subir al autobús, se le espera pacientemente. El límite no suicida de una guagua es de 30 km/h en la mayor parte de la isla, así que al conductor ni tocarlo, por favor. Si para comer hay tres camareros y dos cocineros para 70 personas, no hay problema, ya si eso seguimos con la visita dos horas después. Si la niebla se levanta, viajamos sumergidos en una nube. Si anochece, se mira el paisaje que está cerca. O se palpa. Que para disfrutar de verdad de Canarias, hay que calcular el doble de lo que se tardaría en cualquier otra zona del mundo. Aquí el estrés no se estila nada. ¿Lo del ritmo desenfrenado? Porque me ha dado la sensación de verlo todo como en el anuncio de Kodak: "Coliseeeo...". Ahora lo ves, zuuum, ahora no lo ves. Como fotos movidas.

Afortunadamente, esta visita guiada vino amenizada por generosas ingestas del vino local y... una guía turística para recordar. Me hace replantearme el proceso por el cual se seleccionan a los candidatos para ciertos puestos de cara al público. Para el de guía local, por lo visto, el dominio de la lengua con su rico vocabulario y la fluidez en el discurso no eran requisitos fundamentales. Ser capaz de hablar, o gritar, durante toda la visita parece suficiente, sin importar las veces que diga las mismas frases (mal dichas, encima). Que no pongo en duda sus conocimientos, porque realmente se notaba que se lo sabía. Aunque en mi opinión la verborrea desenfrenada no debería puntuar tan alto en las pruebas de selección. Pero ya digo que es sólo mi opinión. Por otro lado, esa cualidad me ha surtido de unas cuantas perlas para el recuerdo, que nada tienen que envidiar a las pedradas mentales de Jez. Así que, con el permiso de Barbija, pospongo el post sobre telescopios para compartir un poco mis recién adquiridos conocimientos gracias a esta buena señora.

La visita comenzaba serpenteando pendiente arriba por el sur de la isla, donde lenguas de lava petrificada sirven como recuerdo permanente de la no tan lejana explosión del volcán San Juan, allá por el 49. Según nos contó la guía, el cura del lugar más cercano al desastre comenzó el proceso de evacuación de la ermita, poniendo a buen recaudo bancos, estatuas y demás, durante los momento previos a la erupción propiamente dicha. Dado que era muy devoto de la Virgen de Fátima, a ella dirigió sus últimas plegarias y en un rapto de inspiración, le prometió la construcción de un monumento si salvaba a la ermita de quedar sepultada por la lava. Efectivamente, porque si no esta historia no se contaría, la lava tomó un camino tal que bordeaba la ermita y el cementerio... y unas cuantas casas más, claro. Así que el pueblo entero, enfervorecido, se rascó el bolsillo para poder pagar el dichoso monumento a la Virgen. No sé qué me indigna más, si que el cura fuera tan egoista de pedir un milagro sólo para él (aunque poniendo a cubierto lo importante, recordemos, just in case) o que la gente fuera tan absurda de ponerse a recaudar semejante pasta, cuando ellos mismos acababan de quedarse sin sustento ni posibilidad de valerse por sí mismos al haber quedado todas las tierras arrasadas por la erupción. En fin.

La siguiente anécdota que nos relató la guía también implicaba una ermita como centro de la narración, pero los detalles de la misma han sido desplazados en mi memoria por la desastrosa descripción de los hechos. Casi hacia el final del relato, en el que, por cierto, explicaba el origen de la construcción de la ermita de Santa Catalina, la buena mujer trataba de explicar una donación al vestuario de los curas, con tan mala fortuna, que consiguió crear a todos los presentes la imagen mental de un cura travestido con ropajes de mujer del siglo XVI. Digno de verse, sin duda.

Lo bueno era que con semejante aliciente, todos acabamos pendientes de sus palabras, para no perdernos la siguiente barbaridad. Pero aparte de contarnos detalles de la vida íntima y familiar de importantes personajes públicos (actuales, los pobres), hasta casi el final de la visita no pudimos disfrutar de la siguiente pedrada mental. Bueno, he de confesar que a lo mejor no estuve tan pendiente de todo lo que dijo la señora, ya que me alejaba siempre que podía para evitar matarla en un impulso.

Guía turístico "beborable"
Una visita beborable

Al volver hacia la región volcánica, esta vez sobre el cráter del San Antonio, asistimos a un relato peculiar plagado de "aves luminiscentes" y "piedras encendidas". Comentando a posteriori semejante despropósito llegamos a la conclusión de que las piedras encendidas eran las rocas incandescentes que escupía el volcán. Pero fuimos incapaces de determinar a qué se refería con aves luminiscentes, ésas que, según nuestra guía, eran las responsables de que la sal de Teneguía fuera de tan buena calidad.

Se aceptan sugerencias.

jueves, junio 11, 2009

En lo más alto de la más alta torre

Shrek: Go over there and see if you can find any stairs.
Donkey: Stairs? I thought we was lookin' for the Princess.
Shrek: The Princess will be up the stairs in the highest room in the tallest tower.
Donkey: How do you know that?
Shrek: I read it in a book once.
Más aquí.

Cual triste princesa sin ogro ni burro parlante, he pasado el último mes aislada de la civilización. En lo alto de una montaña en medio de una isla y rodeada de telescopios fascinantes, con la única compañía de cuatro personas... curiosas, y dejémoslo ahí, que la intensa convivencia es mala consejera.

... And we're back!

No os perdáis un alucinante blog de cocina con explicaciones científicas para los más exigentes (¡y experimentos!). Sólo en inglis-pitinglis, lo siento. Pero con el extra añadido de que lo lleva una comentarista y amiga de ésta que escribe: os garantizo que merece la pena. ¡Y actualiza tres veces por semana! ¡Qué más se puede pedir! Pues eso, frikis del mundo, estáis tardando en visitar The h bar, la hache barra para los amigos ;)