martes, febrero 26, 2013

El palacio de los horrores

Las palabras "palacio de hielo" automáticamente traen a la mente un halo de misterio y de silenciosa belleza. Con esta idea me llevaron a visitar el Eispaläste cercano a Freiburg, Suiza. En la página web, las fotografías confirman esa preconcepción: nieve, hielo, enigmáticas luces ambientales, carámbanos esculpidos, edificaciones de caprichosas formas, y adorables pingüinos.

pingüinos de día

Fantástico, ¿no?

Fantasmagórico, más bien.

Cierto es que cometimos dos errores de manual: llegamos de día y olvidamos que es un destino familiar. O lo que es lo mismo: es uno de esos sitios que no se debe analizar muy de cerca y que está pensado para críos.

La luz del sol nos permitió acceder a una verdad más profunda que enmascaran habitualmente las luces de colores artificiales.


viernes, febrero 22, 2013

Los nadies y los miserables

Pero reflexionen los que no quieren el porvenir; diciendo no al progreso, no es el porvenir lo que condenan sino a sí mismos. Se crean una enfermedad sombría, se inoculan el mal de lo pasado. No hay más que una manera de negarse a ser mañana: morir.
Los Miserables, Victor Hugo

La especie humana ha avanzado mucho a lo largo del tiempo. Ejerciendo su imaginación, progresa sin cesar. Su compasión lo distingue de otros animales que, a diferencia de nosotros, abandonan a los enfermos, los débiles y los niños a su suerte. Los humanos prosperan porque transmiten sus conocimientos a las siguientes generaciones. Aprenden de sus errores para allanar el siguiente paso a dar.

Y también es cierto todo lo contrario.

Olvidamos que sin afianzar los conocimientos de los que llegan nuevos, sin estimular las ideas que esperan a ser descubiertas, no sólo nos quedaremos estancados. Retrocederemos. Y desapareceremos.

La verdadera división humana es ésta: los luminosos y los tenebrosos. [...]
Por eso gritamos: ¡Enseñanza! ¡Ciencia! Aprender a leer es encender el fuego; toda sílaba deletreada brilla.
Los Miserables, Victor Hugo


Mientras leía Los Miserables recordaba a los nadies. Hay en esa novela personajes que atraviesan la vida como los nadies. Sienten y padecen, pero sus historias nunca serán en mayúscula. Existen en las sombras, olvidados de todos, y sin embargo son más reales que la vida misma. Cuando leemos sobre ellos, nos sumergimos en su mundo y los entendemos. Su sufrimiento, su miseria, nos impresionan con la evidencia de un mundo que ignoramos, pero que conocemos bien. Cualquiera de nosotros podría acabar allí, pero el consenso social dicta que les des la espalda y no pienses sobre ellos más de un momento.

Cuando oí por primera vez la poesía Los nadies, hace muchos años, me impactó profundamente. Frases como "Los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada",  se quedaron grabadas para siempre en mi memoria. Eduardo Galeano escribe así: impacta en lo más profundo y te obliga a pensar. A abrir los ojos, y la mente.




Tenemos derecho al delirio. A pensar. A reinventarnos. Sólo tenemos que reclamarlo.

domingo, febrero 03, 2013

El misterio de la vocal silenciosa

Tom Lehrer es un genio. Especifico. Tom Lehrer es un genio de la sátira, que dedicó buena parte de los años 60 y 70 (principalmente) a escribir y cantar canciones en las que se reía... de todo quisqui, para qué nos vamos a engañar.

Como su propio nombre indica1, es un profesor. De esos que te contagian las ganas de aprender. Lo primero que me enseñó fue que la nueva forma de explicar matemáticas es tan sencilla que sólo un niño puede entenderla. Y es que ahora se premia más comprender lo que estás haciendo, que conseguir la respuesta correcta. Que no digo que como concepto genérico no sea mala idea. Pero llega un momento en que se estira hasta el absurdo: ¿realmente es más importante que el niño entienda que la suma es conmutativa, o que 342 - 173 es 169? Los que hayáis contestado correctamente, podéis quedaros a limpiar la pizarra al acabar la clase.

Otra de sus grandes ayudas a la enseñanza es la fantástica canción que creó con todos los elementos de la tabla periódica. Los que se conocían hasta el momento (1959). El ritmillo es tan pegadizo, que casi apetece memorizarla. ¡No me digáis que eso no es genial!

Así y todo, la explicación que más me impactó fue la de la vocal silenciosa. Uno de los obstáculos más desesperantes de la lengua inglesa es la pronunciación. Cuando aparece una palabra nueva, nunca está muy claro de qué manera hay que pronunciarla, porque hay más excepciones que palabras que sigan cualquier norma. Con lo que nos costó aprender que book se dice 'buc', o que tree se dice 'tri', se quedaron tan anchos con door. Y no me hagáis hablar de blood. Es de locos. 

De niños, rápidamente, aprendimos que la letra 'e', cuando se queda solita al final de una palabra, no se pronuncia. A mí siempre me pareció una pérdida de recursos y tiempo absoluta. Pues resulta que tiene una utilidad tremenda. Concretamente para desenturbiar el caos del y-esto-cómo-se-dice. Por ejemplo, tomemos cap y cape. La primera se pronuncia tal cual se lee, 'cap', pero la segunda se dice 'keip'. ¿Queréis otro ejemplo? Sam y same. Ajá. 'Sam' y 'seim'. Si no estáis sonriendo ahora mismo, no tenéis corazón ni ilusión por la vida.

Eso no es todo. Porque no sólo funciona con las palabras que contengan 'a', también pasa con el resto de las vocales. ¡Es fantástico! Probad con pin y pine: 'pin' y 'pain'. ¿Os cuento mi preferida? Va, con una frase: "A little hug ('hʌg') becomes huge ('hiuch') instantly2."



Un genio. Es un genio.





BONUS:

Porque sé que lo estáis deseando






(1) Lehrer significa profesor en alemán. Exacto, alemán. Como Werner von Braun. Sus sátiras políticas son lo mejor de su repertorio. Algún día podría hablaros de ellas.
(2) Un pequeño abrazo se vuelve gigante al instante. 
(3) Añade simplemente la 'e' silenciosa.