viernes, marzo 28, 2008

S de Serpiente

... O "Qué lástima que 'verde' no empiece también por s".
Aviso de que este post contiene un número indecente de SPOILERS sobre el último libro de la saga de Harry Potter. Aunque si aún no te lo has leído (y te precias de ser un fan, claro), te mereces que te lo destripen. ¡Que ya ha pasado más de un mes! Y desde la V.O. ni te cuento...


[Escena típicamente inglesa, a la hora del té. Todos sabéis a qué me refiero. Ahora tratad de no poneros nerviosos mientras nos acercamos a cotillear una conversación entre Alan Rickman y J. K. Rowling]
A.R. Estoy seguro de que este personaje esconde algo más de lo que un niño de once años es capaz de transmitir, ¿me equivoco?
[Sonrisa ladina de J.K.R. sobre el borde de su taza humeante]
A.R. Bueno, me temo que para llevar a cabo una correcta interpretación, necesitaré conocer el transfondo de su historia y ponerlo en perspectiva.
[Con esa voz que gasta, ¿quién se le resiste? Ella tampoco, así que inclinada hacia delante, presa de una leve excitación ante la oportunidad de desvelar un secreto prohibido, comienza su relato.
J.K.R. Un poco de información no hará daño a nadie, ¿no?
[Y por escuchar los siguientes minutos de esta conversación, muchos fans habrían matado hace un par de años.]

Obviamente este relato es totalmente ficticio, por mucho que le pongamos la etiqueta "Basado en hechos reales", pero me hace gracia imaginármelos así. ¿Qué pasa? Es mi cabeza, recreo las escenas que me apetecen. Está bien, si queréis saber toda la verdad de 'a santo de qué' viene todo esto, tendréis que seguir leyendo.


A todos aquellos que se pavonean ahora por ahí diciendo:
¿Lo véis? Tenía razón: Snape era bueno.

Leed atentos estas palabras: os equivocáis.

A todos aquellos que con rostro ceñudo murmuran por las esquinas:
Pues... pues... ¡a mí no me lía! Snape era malo.

Leed con cuidado y sin tropezaros: estáis muy confundidos.

Porque Severus Snape no era ni más ni menos que un ser humano (de un relato de ficción, pero eso no viene al caso). Uno capaz de despertar intensas pasiones en bandos opuestos, es cierto. Pero lo que realmente tenía de especial era que su personaje ha sido uno de los más desarrollados en esta saga potteriana. Poseía una compleja personalidad, desvelada con cuentagotas con el pasar de los libros, y sobre todo, al aumentar las miras del horizonte de Harry Potter, que es, a fin de cuentas, el cristal a través del cual se nos muestra este mundo.
Así, vamos descubriendo que Snape no es un murciélago que vive para torturar a sus alumnos; sino que vive torturado por sus acciones pasadas y paga su mal humor con quien puede y tiene a mano. Que no es un hombre frío y sin escrúpulos, capaz de matar sin pestañear; sino que muere un poco cada día recordando un amor que perdió hace muchos años.
Aunque esto es tan cierto así como si lo lees invirtiendo el orden de las frases. La verdad sobre Snape es que era un profesor duro, un alma atormentada, un asesino despiadado y un amante que agonizaba con el recuerdo de lo que una vez fue. Puede serlo todo a un tiempo por la sencilla razón de que vive, piensa y siente. Es más real que esos simplistas que tratan de clasificarle en 'bueno' o 'malo'. Porque el mundo, como ya nos advertía J.K.R. mediante el personaje de Sirius, no se divide en buenos y mortífagos. Y la saga de H.P. está plagada de ejemplos.

A la gente que no entiende cómo adultos hechos y derechos disfrutan leyendo sobre un mundo mágico les digo que no han entendido nada. Esto que leemos no es un mundo mágico totalmente imaginario. Es un cuento. Y como tal trata de abrirnos los ojos al mundo real usando un arma tan sugestionable como la imaginación.
Dejando a un lado los movimientos de varita, las escobas voladoras y los calderos borboteantes, los siete libros de H.P. nos cuentan qué tenemos a nuestro alrededor. Nos hablan del mundo al que debemos enfrentarnos cada día y de lo que podemos encontrar en él si nos fijamos bien. Entre otras cosas, nos encontraremos con personas, la mayoría tan complejas como nuestro querido/odiado Snape. Y nos advierten del peligro de los prejuicios. Decir que alguien es 'bueno' o 'malo' acaba convirtiéndose en algo absurdo y carente de sentido. Es probable que necesitemos algo de perspectiva para enfocar correctamente.


Ya para otro día dejo el comentario acerca de la Gran Pregunta con la que nos acosan a los que hemos leído el séptimo libro: "¿Al final Harry muere o no?". Malditos vagos ignorantes. Me dan ganas de contestarles con un estupendo SPOILER y decirles "sí y no", pero entonces me vería sometida a un interrogatorio sin fin y totalmente infructuoso.
Me encanta porque cuando la Iraaa me posee, me inspira maravillas.