miércoles, marzo 07, 2012

Con ojos de niño: el escaramujo

Hay una canción que me llamó mucha la atención desde que llegó a mis oídos. Se trata de "El escaramujo", de Silvio Rodríguez, y dice así:

¿Por qué la tierra es mi casa?
¿Por qué la noche es oscura?
¿Por qué la luna es blancura
que engorda como adelgaza?
¿Por qué una estrella se enlaza
con otra, como un dibujo?

Y ¿por qué el escaramujo
es de la rosa y el mar?
Yo vivo de preguntar:
saber no puede ser lujo.

El agua hirviente en puchero
suelta un ánima que sube
a disolverse en la nube
que luego será aguacero.
Niño soy tan preguntero,
tan comilón del acervo,
que marchito si le pierdo
una contesta a mi pecho.
Si saber no es un derecho,
seguro será un izquierdo.


Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.
[sigue]

La canción nos presenta la realidad vista con ojos de niño, pregunta lo más elemental del mundo que nos rodea y nos descubre su extraordinaria belleza y complejidad. Porque las preguntas más sencillas encierran los mayores misterios.

En sucesivas entradas, trataré de ir dando respuesta a algunas de esas preguntas y actualizando con un enlace aquí. No sé si llegaré al final de la canción, pero me comprometo al menos al primer párrafo.



Para los curiosos: el escaramujo, efectivamente, es el nombre de un tipo de rosa y su fruto (rosal silvestre) y un crustáceo (el percebe).

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