martes, febrero 26, 2013

El palacio de los horrores

Las palabras "palacio de hielo" automáticamente traen a la mente un halo de misterio y de silenciosa belleza. Con esta idea me llevaron a visitar el Eispaläste cercano a Freiburg, Suiza. En la página web, las fotografías confirman esa preconcepción: nieve, hielo, enigmáticas luces ambientales, carámbanos esculpidos, edificaciones de caprichosas formas, y adorables pingüinos.

pingüinos de día

Fantástico, ¿no?

Fantasmagórico, más bien.

Cierto es que cometimos dos errores de manual: llegamos de día y olvidamos que es un destino familiar. O lo que es lo mismo: es uno de esos sitios que no se debe analizar muy de cerca y que está pensado para críos.

La luz del sol nos permitió acceder a una verdad más profunda que enmascaran habitualmente las luces de colores artificiales.




El principio del tour, sin embargo, es engañosamente agradable. Un puñado de casitas de madera, un gigantesco columpio, un barco pirata... ¿Un barco pirata? Espera, no entiendo nada, ¿qué pinta un barco pirata en un pueblo nevado? Bah, déjalo, cosas mías...

dia columpio

Siguiendo las flechas del recorrido, nos acercamos a montículos de diversos tamaños cubiertos por nieve y hielo. Lo que vienen siendo iglús. O lo serían si no nos hubiéramos acercado a ellos. Ahí se cayó el primer mito: eran tiendas de lona blanca sujetas por hierros y cubiertas por hielo falso. La luz del día es cruel en sus detalles. Pues de alguna manera, eso no era más que la punta del iceberg (see what I did there?). El horror estaba en su interior.

virgen avatar

Contemplad: la princesa del hielo, que pronto se dio en llamar la Virgen Avatar, con renos y trineos. Quizás no nos habíamos enterado bien de la temática, o teníamos al niño interior estropeado, y lo dejamos correr.

Hasta que nos topamos con un puesto de velas.

Las miradas y las risas nerviosas empezaron a intercambiarse con pudor.

- ¡Mirad! ¡Un belén! Con... ehm... con camellos de peluche, y... estooo, mmm... ¿es una Barbie la que hace de ángel?

belen barbie y peluches


- Oh, cielos...
- ¿Qué?
- Si os ha parecido raro el belén, no os acerquéis aquí.
El pánico se filtraba en su voz y no hubo más remedio que aproximarse con cautela.
- ¿Qué es?
- La Virgen...
- Chico, no será para tanto.
- Es un altar con una Virgen.
- Ya hemos visto que este sitio es más extraño de lo previsto, pero si hay velas, hay un altar, eso es impepinable... No puede ser peor que la otra chunga azul.
- No es eso... Sus ojos, ¡mira sus ojos!
- ¿Los ojos? ¿Qué les pas...? Oh. Dios. Mío.
Cuencas vacías nos contemplaban tétricamente desde las alturas. Extrañas sombras danzaban por su rostro, fruto de las parpadeantes velas. Un tenue resplandor verde y morado enmarcaba la figura, puede que por alguna otra fuente de iluminación, pero no me quedé a analizarlo. Ni siquiera pude hacerle una foto.

Salimos corriendo, resbalando sobre el hielo, hasta que la tétrica visión quedó lejos de nuestro alcance. "Estos suizos están locos, joder, locos..." Los enormes dinosaurios de tela y las flores tamaño País de las Maravillas que atravesamos a continuación apenas dejaron huella en nosotros. Avanzamos a buen paso, sin mirar atrás, hasta encontrar el primer torreón helado.

Las vistas del bosque invernal, el río y las montañas, nos tranquilizaron lo suficiente para poder seguir la visita. El atardecer tocaba a su fin. Luces artificiales comenzaban a encenderse a nuestro alrededor. El paisaje comenzaba a parecerse a las fotos que comparte la gente por internet.

ice palace barco

Nos reímos de nuestro momento de pánico, preparados para terminar la otra mitad del recorrido. Hasta el barco pirata nos pareció gracioso, todo iluminado y con sus luces estroboscópicas que simulaban disparos de cañón.


Y entonces entramos en la siguiente tienda/iglú/cueva.

hongos alucinógenos fosforescencias

- No sé qué mierda fuman aquí, pero es potente.
- Si me lo llegáis a contar sin verlo, no os creo.
- Yo lo estoy viendo y encuentro difícil asimilarlo...

Ni todos los tigres blancos de peluche colgados de árboles que vimos después podían superar eso. O la familia de chimpancés y orangutanes que convivían en armonia en su pequeño oasis selvático. Ni...



Tenéis que ir a verlo. Vale totalmente la pena.

2 comentarios:

  1. "Con esta idea me llevaron a visitar..." anda que se te ve agradecida a los ojos del señor tu Dios..ni media mención..grrr.
    Fue gracioso (más por nosotros que por el sitio), eramos gentes de variado orígen y además hacia frío --> pure swiss experience :D
    Besos

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    Respuestas
    1. Se ve que es la única manera de conseguir un comentario tuyo, ilustre anfitrión :P

      Y lo cierto es que nos reímos mucho. Gracias por enseñarme la verdadera experiencia suiza, jejeje

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