Hace tiempo que tengo este dilema. La gente que me rodea suele comunicarme sus locas teorías, que ocultan en realidad deseos truncados de investigaciones que nunca serán. Eso, unido a mis propias elucubraciones, me crea una gran ansiedad. Nunca sé si debo compartirlas con el mundo o callármelas.
Por una parte, decirlas aquí podría abrir las puertas a nuevas y más descabelladas teorías. O incluso darme la solución a preguntas inquietantes que alguien podría haberse tomado la molestia de contestar ya. Pero mi espíritu 'friki' y de 'científico loco' me persuade a guardármelas, con la esperanza de poder resolverlas por mí misma algún día.
¡Oh, no! Lo he dicho en voz alta... Buah, ya puestos: ¿que harías tú?